Recicladores crean mural con Eduardo Butrón en la BOG25
- Diego Guerrero
- 15 oct
- 2 Min. de lectura
Un grupo de personas dedicadas al reciclaje crea un mural en la Estación Bicentenario de Transmilenio, que busca transformar este espacio mediante una expresión artística con tapas recicladas. La acción, dentro de la BOG25 es liderada por el artista Eduardo Butrón.

Eduardo Butrón es reconocido nacionalmente por sus intervenciones a partir de material de desecho, sobre todo conseguido en el río Magdalena. Hasta hace poco vivió en Maganqué y, ahora, en Montes de María (Bolívar).
“Desde la primera tapa hasta la última que se coloque debe haber la misma intensidad y la misma pasión”, dice Butrón.
El proyecto hace parte de la Bienal de Arte y Ciudad BOG25 y se realiza en alianza con la Secretaría de Integración Social, la Secretaría de Cultura y la Fundación BAT.
La propuesta involucra a recicladores y habitantes de calle, quienes participan en la creación de la obra y en la recolección del material. Cada tapa es clasificada por color en centros de acopio para, luego, ser ensamblada en el mural, en un proceso colectivo que refleja tanto la disciplina del oficio como la fuerza de la comunidad.
Para Butrón, el corazón de este trabajo está en el encuentro humano. “A mí me funciona verme reflejado en el espejo del otro. Estas intervenciones transforman y tocan muchos aspectos de nuestras vidas. Yo vengo a aprender de ellos, de su experiencia de vida”.
Qué ellos sean quienes desarrollen la obra genera una posibilidad de integración en el contexto de una ciudad que, usualmente, los aparta.
La obra también plantea una reflexión sobre la felicidad, un tema que surge constantemente en los diálogos con los participantes y que es el centro de la BOG25.
“Lo más lindo es darnos cuenta de que la felicidad individual está muy ligada a la felicidad colectiva. Si tú eres feliz, yo soy feliz. Y ahí aparecen temas como la familia, el bienestar, el medio ambiente, la ciudad”, opina el artista.
En dos jornadas diarias —mañana y tarde— Butrón trabaja con grupos de habitantes del sector para avanzar en la construcción de la pieza.
“Más que darnos respuestas, la felicidad nos hace preguntas: ¿qué me hace feliz a mí?, ¿qué te hace feliz a ti?, ¿qué nos hace felices a todos? En un país donde la felicidad es un columpio que va y viene, el arte se convierte en un salvavidas al que podemos aferrarnos; en la posibilidad de conectarnos con el otro y reconocernos como comunidad”.
Editado por Diego Guerrero













