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“La realidad es la película”. Filmes del británico Ben Rivers podrán verse en el MUBI Fest Bogotá

Filmes del británico Ben Rivers podrán verse en el MUBI Fest Bogotá del 21 al 23 de julio. Con más de 40 películas, 29 nominaciones y 9 premios, su filmografía es personal y compleja, al punto de decir en entrevista exclusiva con ARTERIA que, para él, “la realidad es la película”.
Ben Rivers. 'Slow Action'. /Cortesía
Ben Rivers. 'Slow Action'. /Cortesía

DIEGO GUERRERO

Editor

ARTERIA

De las más de 40 películas ­de Ben Rivers ­ -la mayoría cortometrajes- y de lo que él hace se dicen muchas cosas, aunque no todas exactas. Tratando de ser justos -al menos- podemos decir que este hombre nacido en Somerset (Inglaterra, 1972) tiene, según la base de datos de cine Imdb, 29 nominaciones y 9 premios en festivales internacionales como el de Rotterdam, Chicago, Mar del Plata, Locarno, Hamburgo, Venecia… en este último obtuvo el Premio de la Crítica Internacional por Dos años en el mar (2011).


Reconocimientos envidiables para cualquiera que quiera navegar las turbulentas aguas del cine y más para quien llegó del arte, y cuyos primeros acercamientos fueron en su adolescencia con las cintas de zombis y los clásicos del horror que veía en un vhs (sí, chicos, hubo vida y terror antes de la era digital). De Rivers se presentarán siete películas entre el 21 y 23 de julio en la Cinemateca de Bogotá durante el Mubi Fest. También presenta la muestra fotográfica 'Bruma' y planea hacer una cinta en Colombia.


Lo de su filmografía personal y compleja no es un cliché. Quien sino un tipo que combiana su mirada con los “regalos del Universo”, podría dirigir un filme llamado El cielo tiembla y la Tierra tiene miedo y los dos ojos no son hermanos (The Sky Trembles and the Earth Is Afraid and the Two Eyes Are Not Brothers ). Pudo haber cambiado el nombre del cuento de Paul Bowles que inspiró su obra, pero prefirió dejarlo así.

Ben Rivers, cineasta cuya base es Londres. /Cortesia
Ben Rivers, cineasta cuya base es Londres. /Cortesia

Así que para los críticos es tan difícil de encasillar como fascinante de analizar. Por eso, para unos hace documentales, para otros, ficción; para los de más allá raya en lo antropológico o crea una mezcla de todo ello. Si queremos aumentar la complejidad, hay que decir que sus películas las presenta tanto en cines como en galerías.


Tal vez por todo eso es que, para generalizar, es común que digan que puede tener cámaras al hombro, planos lentos, luces misteriosas, voces en off, actores que no son actores, y que a su cine le pongan el ‘apellido’ de experimental. Adjetivo este que a Rivers le parece totalmente inapropiado.


“No me gusta esa palabra en absoluto -dice Rivers-. No es como si estuviera en un laboratorio para intentar algo juntado cosas y averiguando. Mis películas tienen una intención muy clara, así que encuentro el término ‘experimental’ problemático, porque sugiere que todo es como casualidad. Pero, a la gente le encanta poner nombre a las cosas, ponerlas en cajas, porque tal vez hace que sean más fáciles de entender o algo así. Pero, sí, ojalá no me llamaran cineasta experimental. Yo solo hago películas”.


Y también hace películas sólo. O así empezó, como una suerte de ‘hombre orquesta’, haciendo cámara, sonido y editando. Ahora son otros tiempos. Eso sí sus películas no son comunes: muchas no tienen personas, sino paisajes, lugares u objetos. Otras se dedican a un personaje o una persona (depende si usted lo ve como ficción o documental) al que sigue con su cámara, que parece una extensión suya. Lo que lleva a la pregunta para Rivers:

-¿Qué es el cine?

-No es una pregunta fácil. Parece muy fácil, pero, podría pasar mi vida tratando de responderla. Una película para mí es algo muy personal. Es una forma de comunicación con otros seres. Para mí, es que estoy haciendo una película y nunca se trata solo del producto final. ¿Por qué me atrajo filmar? En parte porque también se trata de una forma de estar en el mundo, de interactuar de una manera que no puedes sin la cámara.


Ha sido una forma de viajar, conocer gente, pasar tiempo con la gente y luego, intentar transformar ese mundo que encontré en algo. Realmente, existe el deseo de moverme por el mundo para observar, beber y comer con la gente y, luego, las películas crecen orgánicamente a partir de eso.


Tampoco es que esté tan interesado en documentar un lugar o en ser ilustrativo. Yo tomo un lugar o una persona como punto de partida y luego lo convierto en otra cosa. Entonces, en cierto modo, el cine para mí se trata de una transformación. Poniéndolo en corto es eso, una transformación.


-Pero si el cine es eso también podrías ser escritor… sé que tomas fotos, dibujas, pero escogiste hacer cine…

- Pienso que ser escritor es mucho más cerebral, que haces en casa, quiero decir. Me gusta salir al mundo. Es una de las cosas realmente fuertes detrás de querer hacer películas. Cuando estaba en la escuela de arte, pensaba que sería pintor o escultor.


Pero cuando tomé una cámara por primera vez, pensé: ¡esta es la cosa, porque es que puedes hacer todo con ella! Puedes hacer escultura, puedes pintar, puedes tener dibujo, música, tener tiempo y espacio. todo puede entrar en una película de una manera en que ninguna otra forma de arte puede. ¿Podrías cambiar el mundo editando, juntando imágenes y poniendo sonidos en los momentos que no son los ‘correctos’? No hay otra forma de arte que puede hacer eso.


Ben Rivers.  /Cortesía
Ben Rivers. /Cortesía
-En esa línea, ¿cómo ve el cine dentro del “mundo del arte”?

-Siempre pensé que las películas eran una forma de arte. Incluso, si las veía en el cine, todavía lo pensaba. Crecí en una época en la que empezaba a ser aceptable ver una imagen en movimiento en una galería. No era tan común, pero en los 90, cuando estaba en la escuela de arte, ya estaba empezando a haber películas o videos en galerías.


Así que, desde el principio, siempre me gustó la idea de poder mostrar tanto en la galería como en el cine, porque, incluso si muestras la misma película en esos dos lugares diferentes y no cambias la película en absoluto, la gente va con diferentes ideas y expectativas. Me gusta cómo cambia la visión si ves algo en la galería o en el cine.


Podría haber una reacción completamente diferente debido al contexto. Realmente, todavía valoro el cine porque, si vas al cine, ‘firmas un contrato’ de que te quedarás allí. Más o menos te vas a quedar allí de principio a fin. Mientras que en la galería es un tipo diferente de cosas. Puedes ir y venir y moverte con más libertad. Por lo tanto, no todas las películas funcionan en la galería, pero algunas creo que funcionan y puedes sentarte en cualquier momento y solo relájate. Así que siempre trató de mantener un pie en ambos mundos. Nunca se me ocurrió que el cine no fuera una forma de arte.


-¿La cantidad de participantes cambia en algo la forma en que ves el cine como arte?

-Sí, hay otras personas involucradas, pero todavía debe haber un conductor para la película. Una de las ventajas para mí, como artista, es que provengo de una escuela de arte, no fui a la escuela de cine, así que no me enseñaron cómo hacer películas. Así que me enseñé a mí mismo cómo hacer el sonido, la cámara, editar.


Durante mucho tiempo, hacía mis películas solo. solo yo, una cámara y una grabadora de sonido. He hecho muchas así, pero a medida que mis presupuestos fueron más grandes y me volví más ambicioso traje a otras personas que, en cierto modo, son artistas para que me ayudaran. Pero sigue siendo esencialmente lo mismo.


Solo tengo otras personas que están conscientes de ayudarme. Muchos de los grandes pintores clásicos que vemos en museos famosos tenían un sistema, gente mezclando pintura, haciendo los fondos.


-No trabaja con muchas personas frente a la cámara. Unos no son actores profesionales. ¿Qué tanto depende de ellos, de su voluntad?

- Si es una película con una persona que está frente a la cámara, si los estoy mirando, entonces la relación es crucial porque la película se trata de esa relación entre esa persona y yo, y la cámara. No pretende ser una especie de retrato preciso. Se trata de ese momento, esa interacción. Así que es una colaboración extremadamente importante.


-Ha dicho que a veces usa guion y otras no, según las necesidades y presupuesto. ¿Pasan muchas cosas inesperadas?

-Hay muchas cosas que he planeado, pero están en mi cabeza, los configuré. Incluso un documental con una persona real, por lo general, está configurado, pero espero que sucedan cosas, una sorpresa. Yo quiero ser sorprendido por el mundo. Así que sí, a veces ocurren accidentes, cosas impredecibles, especialmente cuando trabajas con no actores.


No siempre puedes predecir qué pasará con actores no profesionales o los animales o la naturaleza. Tienes que estar abierto. Pero una vez que tienes 7 u 8 horas de material para una película, comienza un proceso de edición. Sabes que tomaste nuevas decisiones, y esas nuevas elecciones pueden ser por esos encuentros casuales y pueden cambiar la película. Entonces, la película con la que comienzas en tu cabeza casi siempre no es con la que terminas.

Ben Rivers. 'Slow Action'. /Cortesía
Ben Rivers. 'Slow Action'. /Cortesía

-Entonces incluso en un documental, esos “regalos” de que habla -que pueden expresar su punto de vista- cambian el proceso. En este punto los críticos no se ponen de acuerdo nunca en qué de lo suyo es realidad o ficción. Entonces, ¿dónde está la realidad?

-Es una pregunta interminable… La realidad es la película. Realmente, no puedes llamarla un documental o una ficción. Es una ficción porque es algo de mi cabeza. Es, claro, una colaboración con el mundo, pero, al final, es mi visión del mundo. Entonces podrías llamar a eso ficción, pero también se podría decir que es. Quiero decir, el documental estaba destinado a ser. Para mí, que es como las películas que se deslizan en algún otro tipo de realidad que solo puede existir en la película.


Filmar en Colombia

-En alguna parte leí que sueñas con zombis…

-Sí. Es gracioso, pero tengo sueños recurrentes de ser perseguido por zombis. Probablemente sea mi culpa porque me gustan las películas de terror y especialmente las de zombis. En cierto modo, creo que soy una película de terror frustrada.

A los 12 o 13 años me encantaba ver películas de terror, cine negro.


-Hay algo de eso en sus películas…

-Sí, definitivamente creo que hay algo ahí. Solo que no es un horror directo, no tiene Monstruos y cosas. Pero algo que me encanta de las películas de terror es la sensación de incertidumbre, de misterio y cierta inquietud, como la intranquilidad que sientes. Esas atmósferas… estoy interesado en esas atmósferas. La película que quiero hacer en Colombia está directamente relacionada con las películas de terror.


-¿Y por qué?

Hay una serie de razones. En parte debido a un libro que alguien me dio, no puedo decir cuál es el libro, pero es un libro que me gustaría convertir en una película ambientada en Colombia. Y estoy interesado en un lugar como la selva. Muchas de mis películas, no están en espacios urbanos, sino más en los bordes. Me inspiro en ese tipo de lugares. La selva es, definitivamente, uno de esos lugares. En parte por eso voy a Colombia y quiero experimentar estar y sé que averiguaré (lo que necesita) mientras estoy allí.


 

Versión resumida

El universo Cinematográfico del británico Ben Rivers, en el Mubi Fest Bogotá

Del 21 al 23 de julio, los cinéfilos tendrán la oportunidad de sumergirse en el apasionante Universo cinematográfico del británico Ben Rivers en el MUBI Fest Bogotá. También presentará la muestra fotográfica 'Bruma'.
Ben Rivers. 'Now at Last'. /Cortesía
Ben Rivers. 'Now at Last'. /Cortesía

La Cinemateca de Bogotá presentará siete películas del cineasta, cuya filmografía consta de más de 40 películas, 29 nominaciones y 9 premios en festivales internacionales de prestigio.

Ben Rivers, nacido en Somerset, Inglaterra, en 1972, ha trascendido las barreras tradicionales del cine, dejando una huella personal y compleja. En una entrevista exclusiva con ARTERIA, Rivers revela su profunda convicción de que "la realidad es la película", una perspectiva que manifiesta en cada uno de sus trabajos.

Su filmografía diversa y cautivadora comprende principalmente cortometrajes, pero también abarca obras más extensas, que le han valido un sinfín de reconocimientos en festivales de renombre como Rotterdam, Chicago, Mar del Plata, Locarno y Hamburgo, entre otros. En el Festival de Venecia obtuvo el Premio de la Crítica Internacional por "Dos años en el mar" (2011).


Películas de Mubi Fest Bogotá.
Películas de Mubi Fest Bogotá.

El Mubi Fest Bogotá ofrecerá una selección de siete de las películas de Rivers, una oportunidad inigualable para apreciar la diversidad de su estilo cinematográfico. Por su filmografía enigmática y cautivadora, los críticos han tratado de encasillar su trabajo.

Para algunos, se trata de documentales, mientras que para otros, es pura ficción. Incluso, hay quienes encuentran aspectos antropológicos en sus películas. La capacidad de Rivers para presentar sus obras tanto en cines como en galerías añade una capa de complejidad a su cine.


Con un estilo cinematográfico único que incluye cámaras al hombro, planos lentos, luces misteriosas y voces en off, su cine fue nombrado con el adjetivo de "experimental", aunque él lo considere inapropiado.

En la entrevista franca, Rivers expresa su rechazo al término "experimental", pues considera que sus películas tienen una intención clara y no son meros ejercicios casuales. Para él, cada obra es un producto de su visión del mundo, una forma de comunicarse con los demás seres humanos y de interactuar con el entorno que lo rodea.

En sus inicios, desempeñaba múltiples roles en la creación de sus películas, como la dirección, la cámara y la edición. Aunque en la actualidad cuenta con un equipo de colaboradores, su enfoque artístico y su conexión con el mundo siguen siendo el eje de sus producciones.


Muchas de sus películas destacan por la ausencia de actores profesionales, en muchas ocasiones se centran en paisajes, lugares y objetos, o siguen a personas o personajes lo que crea una experiencia cinematográfica única y auténtica.

Rivers tiene ambiciones de filmar en Colombia, atraído por la selva y explorar nuevos territorios artísticos para contar una historia a partir de un libro que le regaló un amigo.

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