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Marco Teórico, de Fernando Gómez: un fotógrafo, 27 artistas y una extraña forma de curaduría

Fernando Gómez presenta sus fotos intervenidas en el marco por 27 artistas, en la galería Nueveochenta.

 

Intervención de Miguel Ángel Rojas /Cortesía
Intervención de Miguel Ángel Rojas /Cortesía

Dicen que tener amigos es un regalo invaluable. Para la muestra, la exposición que Fernando Gómez tiene en la galería Nueveochenta, de Bogotá, Marco Teórico, en la que 27 artistas pusieron un marco a fotografías suyas tomadas durante distintos momentos en diferentes lugares. Es decir, las intervinieron según su gusto.


“Llevó varios años tratando de entender qué hace especial una fotografía en un mundo de millones de imágenes; empecé con fotos digitales y luego, en busca de una imagen singular, especial, única. Volví a los rollos fotográficos y al misterio de no saber de inmediato qué era lo que la cámara había atrapado. Luego había que llevar esas imágenes al papel y, tras varios intentos, encontré el formato en el que sentía que la foto se expresaba mejor y en ese proceso llegó el ‘marco teórico’”, dice Gómez, quien ha dedicado su vida al periodismo.




De hecho, ser periodista le ha permitido granjear amigos como Carlos Jacanamijoy, Hernán Sansone, Camilo Bojacá, Alejandro Sánchez, Rodrigo Echeverri, Camilo Restrepo, Miguel Ángel Rojas, Álvaro Barrios y Nadín Ospina, a quienes invitó a que enmarcaran sus fotos mediante una intervención. Gómez escogió la foto para cada uno.


“Cada foto fue hecha para que se comunicara con la obra de cada artista; la puerta de hierro oxidada solo podía ser una imagen para John Castles. Los niños indígenas en la orilla de un río era una imagen para Jacanamijoy. Los colores de la vegetación del parque Puracé, en medio de hervores volcánicos, eran los colores de los cuadros de Carlos Salas. Las esculturas del parque Vigeland (Noruega) se comunicaban con las esculturas de Nadín Ospina y, entre otras cosas, los colores del mercado de Quibdó eran una invitación directa a una línea de continuidad con Beatriz Olano. Ningún marco fue caprichoso”, explica.



La mayor parte delos invitados –dice– eran cercanos y le interesaba además su obra. Para ellos entender la idea no fue un problema y ninguno de ellos se negó. “Era una aventura que empezaba en un glaciar, en Bilbao o en el parque del Retiro (Madrid) y terminaba con un marco teórico que era siempre una nueva imagen, una nueva sorpresa, podía volverse blanca totalmente o quedar llena de recuerdos personales”.


De alguna manera, la exposición podría verse como una curaduría de artistas en la que trabajaron en torno a un tema que era la visión fotográfica de Gómez y su mirada sobre las obras de los artistas, dado que cada obra fue escogida para cada uno teniendo en cuenta la manera como el fotógrafo interpretaba a su escogido.


El tema lo ha llevado haciendo durante cinco años, cuenta Gómez. Su oficio de periodista pude llevar a que quien vea su obra tenga una mirada sesgada. Cada quien verá. De todos modos, además de director de Bocas y de Lecturas (El Tiempo), es editor de Cultura en ese periódico, tiene una novela (La soledad del cuarto oscuro, Random House) y expuso en la Feria del Millón una serie fotográfica. El arte, entonces, no le es extraño, así esta exposición no sea usual.


Exposción en la galería Nueveochenta Diagonal 68 # 12-42 Bogotá, Colombia

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