‘Silencios’: una crítica visual frente a la violencia
- Diego Guerrero
- hace 2 días
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En su nuevo libro, Silencios, la fotógrafa colombofrancesa Janca quiso convertir el asesinato de su padre en una crítica visual contra la violencia. Con esta obra, busca hacer llamado a la resiliencia y a la reflexión sobre cómo el arte banaliza la violencia, invitando a una sanación colectiva.
La fotógrafa colombofrancesa Janca lanza su nuevo libro Silencios, una obra profundamente íntima que nace de una experiencia personal y dolorosa: el asesinato de su padre.
Esta obra no solo es un ejercicio de memoria personal. “Cuando se es víctima de la violencia, uno ha de hacer todo lo posible para no seguir siendo víctima. La resiliencia y el perdón son los caminos que aconsejo seguir para liberarse de esa cadena que lo aferra a uno al tema de ser víctima. Yo fui víctima, ya no soy víctima”, afirma.
Silencios se suma a su trayectoria crítica en la que ya había cuestionado las ideas tradicionales sobre el género y el poder en obras como Machos: historia de nenas y La bella y la bestia. En Silencios, Janca pretende hacer una reflexión sobre el rol de las artes en la banalización de la violencia: “Quisiera realmente que el gremio artístico —pintura, cine, teatro, fotografía, lo que sea— se cuestione un poco sobre esa comercialización que están haciendo con la violencia. Porque estamos educando a la gente a través de violencia, a que socialicen con violencia, y pretendemos que haya paz”, dice Janca.
Para Silencios, Janca eligió un lenguaje visual que escapa a lo literal con una estética gótica cargada de simbolismo. “Decidí trabajar una estética gótica que personalmente me parece bonita, me gusta”, explica. “Quise que esa estética no interfiriera con el dramatismo de lo que estoy contando. Es más: participa del dramatismo, crea un ambiente hermoso”. La artista toma como referencia algunas obras como Macbeth o Carmen.
En sus crítica a las artes dice: “Tal vez sea un poco lanzado lo que voy a decir, pero quisiera que los creadores fueran más creativos, porque la violencia es muy fácil. Con eso se llenan páginas, se llenan minutos al aire, pero no creo que eso aporte realmente a las historias. Sería maravilloso que la televisión colombiana decidiera, durante un año, no hacer más novelas ni series que tengan que ver con violencia, sino con otros temas. Sé que se puede, porque la imaginación es infinita”.
En esta serie, todas las fotos son digitales, sin embargo, su metodología no cambió: “Aunque esté trabajando en digital, no voy a tomar 50 mil millones de fotografías porque no le encuentro el chiste. A mí me gusta tomar la foto cuando lo que veo está como quiero que esté”.
Para ella, lo digital no es un reemplazo, sino una herramienta complementaria. “No las pongo en oposición, creo que una puede apoyar a la otra. 36 poses son 36 poses, es un solo rollo. Tiene su belleza también”.
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Diego Guerrero Editor
