'Objetos visibles no identificados -OVNI-’ aterrizó en la Alianza Francesa, durante la BOG25
- Diego Guerrero
- 7 nov
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Este proyecto, uno de los ganadores de la convocatoria ‘Curadurías artísticas independientes’ de la BOG25, ha trasladado algunos aspectos de la vida en Bogotá en el espacio público a la Alianza Francesa, en un ejercicio en el cual se ha buscado desvanecer los límites entre el arte y la vida cotidiana.

OVNI ha reunido once artistas y colectivos que han empleado una diversidad de lenguajes que van desde la cerámica hasta la fotografía, pasando por el video y la instalación, para documentar y resignificar el espacio público, los cambios que ha habido en el mismo, la vida diaria de sus habitantes y sus constantes problemáticas.
La muestra, curada por la historiadora del arte Ana María Cifuentes, ha propuesto un diálogo crítico que cuestiona la visibilidad o invisibilidad de los gestos artísticos en una ciudad con un ritmo frenético.
La exposición ha resonado en el público, debido a su carácter callejero y muy real, la instalación sonora de Diego Alejandro Casas, ‘Voces Resonantes de la Calle 59b sur # 73 H 29 (La Estancia-Ciudad Bolívar)’, marcó al arquitecto Sergio Gómez, uno de los visitantes de la Bienal: "Son sonidos que hacen como una sinfonía a partir de los vendedores ambulantes y todo lo que cantan, está espectacular y está muy divertido".
La mezcla sonora hace una sinfonía con sonidos populares locales que son escuchados a diario por la gente del común. "Es como poder leer el texto curatorial y no sentir que es como una apropiación del vecindario, sino que realmente esa es su casa y allá son sus sonidos mañaneros", agregó Manuela Lozano, ecóloga y visitante de la muestra.

Por su parte, la instalación de Leonel Castañeda Galeano, con su ‘Espectáculo Sicalíptico’, provoca una reflexión sobre la vulnerabilidad humana y lo que la ciudad esconde, utilizando objetos sexuales usados, encontrados en mercados de pulgas y en desechos de la calle. Castañeda, quien es descrito como un artista, reciclador y etnógrafo, lleva lo social y habitual a un espacio museográfico.
El corazón de la discusión en ‘OVNI’ se centra en la relación entre la calle y la institucionalidad que representa un museo o galería. "Me ha parecido muy chévere, como sacar la calle y llevarla a un espacio museográfico", afirma Lozano, quien según comenta es visitante habitual de espacios expositivos.
Para el arquitecto Gómez, la ciudad es "muy abierta, como que tiene las puertas abiertas," recibiendo pensamientos y personas de todas partes, lo que- opina- genera mucha riqueza cultural pese a la segregación y estratificación.
Gómez valora que la exposición evoque un tiempo pasado que se puede equiparar al presente, relacionándolo con las experiencias de sus abuelos campesinos al llegar a Bogotá.
"Se siente que el arte cada vez está siendo menos elitista, o por lo menos en esta exposición", enfatizó Lozano, reconociendo el papel de la Alianza Francesa al generar estos espacios de debate.
Lo más cautivador de toda la Bienal, ha sido según los entrevistados, que se tome el espacio público. El hecho de que, en lugares concurridos como Lourdes o el Centro, vendedores ambulantes, turistas y trabajadores "se puedan parar a admirar una obra de arte," es el gesto más valioso y que logra un espacio de contemplación en medio de la aceleración bogotana.
Revisado por Diego Guerrero.













