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En el Castillo de las Artes Gastón Noriega recicla materiales para hacer arte y transformar personas

Para Gastón Noriega el Castillo de las Artes, en Bogotá, es un refugio y un lugar de conocimiento y crecimiento.

En el  laboratorio que dicta Gastón Noriega se transforma el material y, al tiempo, se transforman las personas a sí mismas /ARTERIA
En el laboratorio que dicta Gastón Noriega en el Castillo de las Artesse transforma el material y, al tiempo, se transforman las personas a sí mismas /ARTERIA


Gastón Noriega tiene 53 años y desde hace 48 años vive en el barrio Santa Fe, en Bogotá. Es un líder comunitario que al autodefinirse dice: “Estoy en lucha de mi comunidad, de mis muchachos, del habitante de la calle y de las mujeres del trabajo sexual, de la prostitución”.

 

Para este artista formador y líder comunitario“el Castillo de las Artes significa todo” porque es un espacio en que aquel que no se conoce como artista, puede llegar a serlo”. Además, es un sitio al que pueden acudir todo el que sienta que tiene un problema pues –dice- allí encontrará quién le dé la mano, lo aconseje, lo discipline y le ayude a seguir adelante.

 


Gastón Noriega /ARTERIA
Gastón Noriega /ARTERIA

Cuando habla de lucha se refiere a las oportunidades que les ofrece al enseñarles a hacer arte mediante con material desechado que es reciclado.

Todo lo que generalmente se tira a la basura, todo lo que supuestamente no se puede utilizar como empaques, botellas plásticas, botellas de vidrio o cajas de leche son la materia prima en el laboratorio ‘Manejo emocional a través de las artes plásticas. Arte transformación del reciclado’, que dicta Gastón.


Transformar es lo más importante: se transforma el material y, al tiempo, se transforman las personas a sí mismas. Primero, porque él enseña cómo sacar provecho del “200%” a lo que está en la basura y crear, por ejemplo, un castillo, un pesebre, un cuadro o un paisaje. Segundo, porque les hace ver que es posible sacar adelante una idea creativa y, tercero, porque les muestra a sus estudiantes que son capaces de transformar.


Al laboratorio puede asistir todo aquel “que se siente desplazado, que piensa que no es capaz”, dice. Está agradecido con este espacio que le ofrece el Castillo de las Artes, y su mayor reto es seguir aprendiendo todo lo que pueda para ponerlo en práctica.



Obras hechas con material reciclado /ARTERIA
Obras hechas con material reciclado /ARTERIA


“El Castillo de las Artes significa el todo. El Castillo de las Artes es el espacio en que todo aquel, que no se conoce como un artista, lo puede experimentar y explotar. Aquí, todo aquel que se sumerge en un tipo de problema tiene ese brazo amigo que recibe con las puertas abiertas, te da la mano, te aconseja, disciplina y te ayuda a surgir de donde tú estás”, expresa.


De todos modos, Gastón no ignora que el reto más grande al que se enfrenta el Castillo de las Artes tiene que ver con la estigmatización porque mucha gente, dice, todavía piensa que es un sitio donde se ejerce la prostitución, pues desconoce la labor cultural que ofrece desde hace varios años.


En su opinión, falta promover más las actividades, talleres y laboratorios que lideran los profesores para que más personas se enteren de que el Castillo de las Artes es un espacio en el que se enseña a crecer tanto emocional, como espiritual y artísticamente.


“El ideal es que ellos puedan decir: ‘¡Caramba! Yo asistí al Castillo de las Artes y hoy soy un artista en el lápiz, la pintura al óleo o en el arte reciclado”, concluye Gastón Noriega.

 

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