Un grupo de aristas dirigidos por Paul Sebastián Mesa presentaron performance 'La cualidad de estar sin nadie más' en el Museo Santa Clara, en Bogotá.
Llegar a la performance La cualidad de estar sin nadie más, de Paul Sebastián Mesa, en el museo Santa Clara, fue una tortura. Estaba programado para el viernes 21 de abril, a las 6 p.m., aprovechando no solo la conocida iglesia desconsagrada del barroco americano, sino también, la exposición ‘Encuentros,’ de Joaquín Restrepo.
El museo, que es un bien de interés cultural, es vecino del Congreso y de la Casa de Nariño, por una calle lateral que hasta hace poco, fue noticia porque durante el gobierno pasado permanecía con un paso restringido para los ciudadanos de a pie, debido –decían los miembros de distintas entidades de la fuerza pública– para mantener la seguridad del presidente. La noticia fue que el gobierno actual dejó pasar libremente.
Sin embargo, una barrera custodiada a 20 metros del museo impidió el paso de los que querían ver la performance, valga decir, que se presentaba en un museo del Estado. Así que la mayor parte de los asistentes debió ir de cuadra en cuadra para tratar de acceder al museo. No fueron pocos los que terminaron tres cuadras al sur para, luego ser devueltos a una calle que, a lo lejos, también parecía cerrada pues solo se podía acceder por la acera flanqueada por unas vallas negras.
Pero al final, valió la pena el recorrido obligado. El lugar estaba lleno con personas de todas las edades que iban y venían para apreciar, fotografiar y grabar a los participantes que vestidos con prendas bastante fetish deambulaban por el lugar, para luego, en casi cada extremo de esa edificación alargada formar cuadros de esculturas vivas.
Poco se mueven durante varios minutos, luego de los cuales cambian levemente las posiciones. Un poco caótico el lugar con el público tomando fotos, pero es el mundo de hoy. Muchos querían un registro de esas personas con géneros indefinidos, medio vestidas, medio desnudas.
Y entre lado y lado, las esculturas de “cuerpos” vacíos en tamaño casi natural, de Joaquín Restrepo, (‘Encuentros’) hace que los performers zigzagueen a veces para desplazarse desde lo que un día fue el altar de una iglesia a la parte posterior, la antesala de la clausura donde un chico está atado entre una red de cuerdas. Con el tiempo, la gente se va, saciada de performance, caminando tan lentamente como los performers cambian de lugar.