El maestro Fernando Botero, cuyas esculturas donadas para Medellín están en la plaza que lleva su nombre, pidió que esta se mantuviera abierta. La Alcaldía aduce razones de seguridad para su cerramiento.
El artista Fernando Botero envío una carta este 15 de febrero a la directora del Museo de Antioquia, María del Rosario Escobar, en la que expresa su desacuerdo con el cerramiento de la Plaza Botero, realizado por orden del alcalde de la ciudad Daniel Quintero.
Desde hace varios días, el funcionario ha expresado la intención de ejercer control sobre ese espacio público limitando el acceso. Hace poco, la Policía instaló vallas que impiden el paso de transeúntes por el sector.
Botero escribió: “He seguido con cuidado las noticias sobre la Plaza Botero, tanto aquellas que hablan de los problemas de seguridad, como estas últimas sobre su cerramiento. Por ello quiero expresar que desde siempre mi voluntad fue que este espacio fuera para toda la ciudadanía y que el Museo de Antioquia fuera su principal cuidador. Cualquier tipo de intervención debe contar con el Museo, tanto en la conservación como en las decisiones en torno al espacio público. La Plaza es un espacio artístico del Museo de Antioquia y de Medellín, así se concibió y bajo ese concepto hice la donación. Que la ciudad transite libremente, así debe estar”.
La Plaza Botero está ubicada en pleno centro de Medellín. Allí se encuentran las 23 esculturas donadas en el 2001 por Botero a la ciudad, lo mismo que el Museo de Antioquia, entidad partícipe de las conversaciones entre el artista y la ciudad para la donación y que vela por su mantenimiento.
A finales de enero, Quintero ya había anunciado el cierre del sector: “Estas van a ser zonas blindadas. (...) Más de 57 cámaras con reconocimiento facial que nos van a permitir tener control pleno sobre el territorio. Un sistema de cerramiento tranquilo, seguro con unos arcos de detección de metales que nos van a permitir controlar quiénes entran, pero sobre todo, lo más importante, que no entre nadie con drogas, armas”.
Agregó que hay que recuperar el sector “porque hay gente que viaja del mundo entero, desde China, Australia, Nueva York, de todas partes del mundo con un interés particular: visitar el parque o el museo del autor vivo más importante del mundo”.
La plaza es un lugar de continuo tránsito de los ciudadanos, con una estación del Metro a unas cuadras, con el Palacio de la Cultura a uno de sus costados, el Hotel Nutibara al frente y una gran cantidad de comercio. También ha sido un lugar de prostitución y, según la alcaldía, el sector se encontraba deprimido con gran inseguridad.
Frente a la carta de Botero, Quintero le contestó en otra misiva en la que dice que “lo que algunos llaman cierre, es en verdad un abrazo. Un millón de personas han visitado la plaza recuperada para las familias, los locales y los turistas que no habían vuelto”.
La medida ha generado una ola de controversias en la ciudad y las redes están llenas de opiniones y testimonios con los que exaltan unos, la seguridad en una zona controlada por la policía y, otros, critican lo que ven como una medida que afecta los derechos ciudadanos y lo ven como un retroceso para la ciudad.
Uno de ellos es el periodista y escritor Reinaldo Spitaletta quien escribió en su blog la entrada 'Cerco a la Plaza Botero': "Hoy, el encerramiento de la Plaza Botero, el Palacio de la Cultura, el Museo de Antioquia y la Veracruz, se erige como otro atropello de la autoridad al espacio público y una forma superficial de resolución de las hondas contradicciones sociales de la ciudad. La presencia de putas, ladrones, “ollas” de vicio, habitantes de calle, no se resuelve con unas vallas de la Policía Nacional ni con correr a los “indeseables” a otros espacios limítrofes. Es buscar la fiebre en las sábanas". Texto completo de Spitaletta, aquí.
Por ahora, la medida se mantiene y ya el alcalde anunció que se hará extensiva a el Parque Lleras.