top of page

"La batalla por el precio del libro es una batalla central": Paco Ignacio Taibo II

Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica de México –“la única transnacional de izquierda que hay en el planeta”­– cuenta cómo cree posible que los libros sean menos caros y por qué es importante que eso suceda.

 

El pabellón de México en la Filbo incluye una amplia exhibición  de libros editados por el Fondo de Cultura Económica. /ARTERIA
El pabellón de México en la Filbo incluye una amplia exhibición de libros editados por el Fondo de Cultura Económica. /ARTERIA

DIEGO GUERRERO

Editor

ARTERIA


Paco Ignacio Taibo II es como un mito viviente que fuma cigarrillos Popular, esos que vienen en un paquete blando que se arruga entre las manos conforme su contenido va siendo consumido, en el caso de Taibo II, vorazmente.


Al verlo sacar el paquete y llevarse el cigarrillo a la boca uno piensa: obvio, qué otro cigarrillo habría de fumar este hombre que dice que ha sido de izquierda desde los cinco años de edad, que no tiene pelos en la lengua, que se sienta a hablar sobre políticas culturales lo mismo con un presidente, digamos, el de Chile –y enciende un cigarrillo durante la conversación–, que con el alcalde de un pueblo chico de su país, México, (sí, nació en España pero su país es México desde los 10 años) o de Colombia.


A Taibo II (Taibo I fue su padre, como ha de suponer quien no lo sepa) le han rendido sus 74 años más que a muchos. Historiador y escritor, ha creado una veintena de novelas, varios libros de cuentos, antologías, libros de crónica y reportajes, todo ello publicado en más de 20 países. Ha sido traductor de Jack London y John Reed –que ya es todo un hito–.


Sus obras han sido mencionadas como libros del año en The New York Times, Le Monde y L.A. Times. Fue director del festival literario de la Semana Negra, de Gijón (España). Entre sus obras de ensayo destacan Ernesto Guevara, también conocido como el Che y Pancho Villa. Una biografía narrativa. Premios, obviamente, no le faltan (más o menos una decena, ver 'Una vida delibros y de izquierda').


Paco Ignacio Taibo II se la juega para que los libros lleguen a personas de niveles bajos de la población. /ARTERIA
Paco Ignacio Taibo II se la juega para que los libros lleguen a personas de niveles bajos de la población. /ARTERIA

Desde el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es director del Fondo de Cultura Económica. Así que decir que piensa rápido, habla claro y hace constantemente, resulta casi innecesario.


El Fondo resultó ser el tema de esta

entrevista, pues en la edición 35 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, donde México es el país invitado, esa entidad dejó claro que es una empresa gigantesca que esparce el libro del Río Grande hasta la Patagonia, como una transnacional que deja su huella no solo en la cultura como creación sino en su economía.


No en vano distribuye con 119 librerías en México, cuatro en Colombia (dos en Bogotá, incluido la del Centro Cultural Gabriel García Márquez, una en Medellín y una en Cartagena), dos en Lima, Ecuador (Quito y Guayaquil) y Madrid; una en Chile, Guatemala, Argentina y, vea usted, Estados Unidos (San Diego, California).


¿Cuántos libros al año? Millones y a precios que en muchos casos son más asequibles. Un ejemplo es el más reciente del escritor Sergio Ocampo, Las distancias, que fue vendido a 35 mil pesos (menos de ocho dólares) el día de la presentación en la Feria del Libro (a propósito, se agotó y tuvieron que ir por más).



ARTERIA: –Usted ha dicho que es muy importante disminuir el precio de los libros…

Paco Ignacio Taibo II: –Es esencial, es fundamental. La brecha entre electores de clase media alta y burgués, y el lector popular o el lector joven estudiantil se ha estado abriendo en los últimos años de una manera brutal. El control de los precios del libro en toda América Latina lo han dominado las transnacionales, una tras otra, con una política muy sencilla que es: ediciones en España. Tirajes, bajos sobras en México o en Colombia o en Argentina o en Chile a precio de euros. Ya empezaron siendo libros caros por los tirajes bajos, y multiplicado por los costes de exportación.


Una crisis recurrente que era el lector joven, por ejemplo, o el lector maduro popular. No llegaba al libro que quería. Económicamente, no había manera porque, de repente, una novela de un autor europeos traducido en España, vendida en América Latina, costaba 25 o 30 dólares.


En Ecuador, con la dolarización de la economía, los precios de los libros eran insultantes. Aquí en Colombia, si subes a nuestra librería, la mitad de lo que está expuesto está a precios inalcanzables para un lector medio. Por lo tanto, la batalla por el precio del libro no es secundaria, es una batalla central.


Para Taibo II el tema no es un misterio. Es más bien un asunto de decisión política o empresarial.


–No hay misterios chinos. Aumentan los tirajes y disminuyen los costos de producción por unidad. Mejoras las redes de distribución y puedes salir con libros equivalentes de un autor europeo publicado en España. Es una tercera parte. En el Fondo lo estamos haciendo. Hemos publicado Koestler a ocho dólares. Además, lanzamos otras colecciones populares como ‘Vientos del pueblo’ con tirajes de 40.000 libros de muy corto tamaño, queremos un mercado de lectura popular.


Pero hay más, hay más trucos. Si tienes una política diferente, la aplicas. Tenemos programas de televisión semanales –por cierto, se ven en todos lados–. Hablamos de libros, discutimos libros. Hay uno que se llama Desde el fondo y otro que se llama Leer, que, al final, quedan refugiados en YouTube.


Tenemos chat abierto y una estudiante de antropología nos dijo: “Estoy hasta el culo de ustedes. Llevo cuatro años queriendo comprar La rama dorada, y no puedo”. Vamos recogiendo este material y le contestamos en público. Revisamos y La rama dorada había sido editado en el Fondo 17 veces.


Pero los precios eran del viejo Fondo, antes de que nosotros llegáramos y se mantenían por rutina. De repente, revisamos los costos de producción de ese libro y ya los hemos pagado en la edición cuatro, en la 17 no te quiero contar. Por lo tanto, lo bajamos a mitad de precio.


"Somos la única transnacional de izquierda que hay en el planeta y entonces podemos hacer cosas que desde el punto de vista mercantil no se podía".

Cuando el director habla del viejo Fondo, se refiere a que las políticas cambiaron con el gobierno de López Obrador, y con la dirección de Taibo II, desde el 2019.

­–Otro recurso es que tus reimpresiones tienen un costo de producción amortizado por las primeras decisiones. En lugar de que aumenten de precio por la inflación, el papel, bla, bla, bla… ¡bájales el precio! y lo estamos haciendo. Eso está influyendo en el mercado mexicano, no de manera definitiva. No marcamos, pero si ejercemos presión y cada vez más.


Difundir el libro desde abajo

Entonces para Taibo II el tema del libro pasa por lo popular. Y las tácticas pueden parecer sencillas, pero no hay que olvidar que no son comunes del todo para una gran editorial.

­–Yo calculo que en el estand del fondo el precio de nuestros libros debe estar 30 por ciento abajo del precio promedio colombiano. Se puede, ¿hay que hacer pactos?, ¿qué pactos? Está esta editorial chica peruana… hay que cuidarnos: tú distribuyes en Perú, que es tu territorio, que conoces. Nosotros distribuimos en el resto de la América Latina hispanoparlante. Vamos a la mitad desde los costos de producción y subimos el tiraje.


En México han nacido en estos años 12.000 clubes de lectura populares, barriales, de comunidades campesinas con microbiblioteca. Estamos hablando con todo el mundo: con los ministros de Cultura de Argentina o Colombia o de Chile, con el presidente. Ha llegado el tiempo de asumir que bajar el precio de los libros es una obligación. ¿O nos vendemos ante el mercantilismo neoliberal y decimos: el mercado es así, te jodiste?


–¿Usted cree que hasta qué punto estos gobiernos que están en luchas en tantos frentes podrían crear acuerdos colectivos, acciones comunes y que este sea un tema de importancia? Porque uno siente,

por lo menos en la cultura, que siempre ha sido como por allá, algo casi suntuario...


–El problema es que el actual gobierno colombiano, que está agarrando poder y fuerza, todavía no le ha metido diente al tema del libro. Pero el día en que lo meta… ¿Dónde están las experiencias, las propias, que son muy ricas? La red de bibliotecas que crearon en este país a lo largo de los años, que es una de las mejores de América Latina.


Y, luego, las experiencias mexicanas, los clubes de libros, las librerías móviles que armamos en México. Tenemos once librerías móviles recorriendo lugares donde Cristo perdió el Poncho y no se lo devolvieron… lugares donde no hay ni librería ni papelería ni biblioteca, no digamos con ofertas.


Ah, yo creo que ahí hay una perspectiva de futuro y hay que estar hablando. Nosotros hemos venido a esta feria a hablar con mucha gente, con un editor chico colombiano, con un editor peruano, con la distribución de libros en Venezuela, ahora que ya puede empezar a pagar en dólares. ¿Cómo mejoramos el precio de los libros en el Ecuador, que es un insulto? Estamos hablando con mucha gente y proyectos editoriales comunes conjuntos y tenemos que hablar con las editoriales de la tabla media española porque están ahogándose en sus bodegas. A esos precios en América Latina no se progresa.


–Ahora que dice América Latina, en un evento al que usted asistió, alguien dijo que Latinoamérica no existía y usted le respondió que era un sueño muy bonito.

–Y que me importa un huevo que digan que no existe porque el sueño amerita el proyecto.


–Me quedé pensando en eso y cuando pienso en México –hay muchos ‘méxicos’–, pero si los ponemos en una versión reduccionista, entonces uno ve el México con la versión del señor que pasa por la frontera, todo el México del narcotráfico, el de la corrupción, pero está el otro México que cuando no lo ves mediatizado, sino cuando escuchas México, cuando lees México, cuando ves México en estas exposiciones que trajeron con motivo de la Feria del Libro, uno se da cuenta que la primera idea de México es siempre la cultura, entonces, parte de la imagen que tiene México en Latinoamérica tiene que ver con este Fondo de Cultura Económica…

–Y además de que llevamos tres años, casi cuatro con una política de hacer cultura del libro desde abajo. Librerías en lugares inusitados, donde poner una librería de tres metros por cuatro sería imposible, y hablas con el alcalde del pueblo y el alcalde del pueblo dice: “Por mi madre, Paco, que la ponemos”. Yo, le digo: “Mientes como bandolero. Vamos a perder dinero”. Y me dice: “Yo pongo el local, el agua la luz y un compañero que la atienda, que sea uno inteligente”.

“No me jodas porque esta librería va a perder dinero”, le digo yo y él dice: “No, yo pongo un maestro de escuela”.


Mi ideal, en México, es encontrar maestras jubiladas, grandes, mayores de edad, de izquierda y que tengan tiempo libre. Son la gloria porque se vuelven focos de promoción de la lectura con una intensidad y te dicen: “quiero leer esto, quiero leer lo otro, tengo 40 niños abajo de una ceiba, donde todos los sábados les leo cuentos; me reúno con adultos en la puerta de una fábrica…”. Es fascinante, porque estamos haciendo la política del libro desde abajo. Somos la única transnacional de izquierda que hay en el planeta y entonces podemos hacer cosas que desde el punto de vista mercantil no se podía.



–Pero, entonces, en ese, en ese orden de ideas, ¿usted cómo ve la palabra izquierda?

–De la única manera que se puede ver: la izquierda es la que se pone a servir al pueblo, no a servirse del pueblo. Desde que tengo 5 años pienso así. No hay otra izquierda. A ver: si fuera católico, diría que el que sirve al pueblo sirve a Dios. Como no soy católico, digo el que sirve al pueblo, tiene la gloria el día en que se muere. ¿Y cuál es la gloria? La gloria es dormir tranquilo, la gloria de haber trabajado para los demás.


Soy de izquierda desde que tengo 5 años y cuando Andrés Manuel (López Obrador) dijo que el Fondo de Cultura tenía que volverse una máquina de cultura popular en el libro y me eligió a mí, le dije: estás loco, ya me conoces, yo no tengo pelos en la lengua, soy crítico… ¿popular de verdad? y me dijo que sí, “popular de verdad”. Llevamos dos millones de ‘Vientos del pueblo” vendidos desde el 2019.


–Pero ¿usted por qué cree que en México sí lo vio hoy y otros países no?

–Porque la izquierda mexicana era una izquierda –usando vulgarismos– ‘leída y escribida’. La izquierda del 68 había leído al Che y Ho Chi Minh, pero también había leído con gran amor y precisión a Cortázar, a Roa Bastos y a Amado. Había leído a Simone de Beauvoir y a Sartre.


La izquierda mexicana tiene una tradición cultural que estaba debilitada por el ataque del mercantilismo neoliberal, pero en cuanto nos dijeron ‘sopla el viento, saquen las velas’, nos soltamos. Allá el fenómeno es muy similar al de aquí, aquí hay un potencial endiablado. Pero deja que encontremos los pivotes del diálogo en Colombia, que los vamos a encontrar…


 

Una vida de libros y de izquierda.

Paco Ignacio Taibo II ha sido investigador, activista de izquierda, investigador, político y generador de acciones culturales a partir del libro. Ha sido reconocido con una decena de premios, entre ellos, el Premio Grijalbo de Novela 1982 por Héroes convocados: manual para la toma del poder. Premio Francisco Javier Clavijero INAH 1986 por Bolcheviques, historia narrativa de los orígenes del comunismo en México (1919–1925). Premio Internacional Dashiell Hamett AIEP 1989, 1991 y 1994.


Conocido por ser un uno delos primeros y más importantes cultores del género policiaco en Latinoamérica, fue premio del I Certamen de Novela Policiaca y de Espionaje 1989, patrocinado por la Nueva Nicaragua, Managua, Premio Internacional de Novela Planeta/ Joaquín Mortiz 1992, premio a la Mejor Novela 1994, París, Premio Bancarella 1998 (Italia). Premio Narrativa Colima 2007 por Pancho Villa. Una biografía narrativa. En el 2008 recibió la Medalla al Mérito en Artes 2008 otorgada por la Asamblea Legislativa por sus aportes a la historia, la literatura y la cultura de la ciudad de México.

Aparte de participar en el movimiento estudiantil del 68 fue presidente de la Asociación Internacional de Escritores Policíacos; director de varios medios escritos y desde el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, director del Fondo de Cultura Económica.


  • Instagram
  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn
  • YouTube
  • TikTok
bottom of page