El alcalde Carlos Fernando Galán anunció la primera fase de restauración de los columbarios del Cementerio Central, donde se encuentra la obra Auras Anónimas de Beatriz González. Este proyecto, que incluye el reforzamiento estructural y la restauración de 8.957 nichos, busca honrar la memoria histórica del país y convertir el espacio en un lugar de reflexión y encuentro ciudadano.

El alcalde Carlos Fernando Galán anunció que, como un homenaje a la artista Beatriz González y como una reflexión sobre la memoria histórica del país, la administración distrital iniciará la primera fase de restauración de los cuatro columbarios del Cementerio Central, donde se encuentra la obra Auras Anónimas, de González.
En esta primera fase se realizará el reforzamiento estructural y la consolidación de los 6.416 metros cuadrados de columbarios, así como la restauración de los 8.957 nichos que constituyen la obra.
“Tenemos el compromiso ético de apoyar la memoria y queremos que esta zona de la ciudad, donde también está el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, se convierta en un lugar de memoria, reflexión y contemplación; un espacio público de altísimo valor simbólico donde las narrativas que han construido la memoria del país tengan una plataforma de divulgación”, dijo el alcalde Carlos Fernando Galán.
Por su parte, el secretario de Cultura, Recreación y Deporte, Santiago Trujillo, destacó que “en el marco de la Bienal Internacional de Arte y Ciudad BOG25, la Alcaldía Mayor de Bogotá ha comprendido el valor que tiene el arte público, pero también el valor que tiene el arte en la construcción de las memorias colectivas de nuestra sociedad, y en la construcción de paz y convivencia”. Agregó que se espera que esta intervención sea entregada en 2027, en el marco de la segunda edición de la Bienal.
Auras Anónimas fue realizada en 2009 por encargo de la Alcaldía Mayor de Bogotá, a través del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (Idpc). La Alcaldía actual recuerda que el lugar fue declarado como Bien de Interés Cultural del ámbito distrital.
Vale mencionar que esta obra fue realizada en el proyecto Memoria y ciudad, del plan de gobierno de Bogotá en 2008, para una permanencia temporal de dos años. Ubicada en la localidad de Los Mártires, en la avenida El Dorado con carrera 20, la instalación ha sido centro de controversias debido al interés de la administración anterior del Distrito (encabezada por Claudia López) de construir un parque en ese sector.
Lea la historia de disputas por el destino de los columbarios en: Disyuntiva entre los derechos a la cultura, a la memoria y a la recreación.
En 2020, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural inició el proceso para restaurar este lugar y avanzar en los diseños de una intervención paisajística para convertir este espacio en un parque de memoria. Según recordó la entidad, también se implementó una investigación participativa para rastrear, comprender y compartir historias silenciadas y borradas vinculadas al antiguo Cementerio de Pobres, obteniendo como resultado la investigación La Bogotá de los muertos: borraduras y permanencias en el Antiguo Cementerio de Pobres, título publicado por el Sello Editorial IDPC.
Para Eduardo Mazuera, director general del IDPC, columbarios es una deuda histórica con la memoria y el significado de este lugar patrimonial”.
Destacó que ofrecerá la oportunidad a la ciudad de contar con un espacio “de enorme relevancia y profunda carga emocional, un espacio para el encuentro de la ciudadanía y su contacto directo con las diferentes memorias que forman parte de la historia de este lugar, de la ciudad y del país”.
En 2019, los columbarios y Auras Anónimas fueron protegidos por el Consejo Nacional de Patrimonio al señalar que entraron a formar parte del área de afectación del Cementerio Central, que sí es Bien de Interés Cultural de carácter nacional, Auras anónimas'no fue declarada ‘Bien de interés cultural’ por Minculturas.
Lea la historia en : Columbarios del Cementerio Central, en Bogotá, protegidos por Consejo Nacional de Patrimonio
Entre 2020 y 2024, el Distrito invirtió alrededor de 7.600 millones de pesos para realizar la investigación y activación social, los diseños y estudios del proyecto, los estudios arqueológicos pertinentes ante el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), y la intervención de primeros auxilios arquitectónicos de los columbarios para salvaguardar las estructuras y frenar su deterioro.
El proyecto fue aprobado por Minculturas el año pasado, y se avanzó en la aprobación de la licencia de construcción para intervenir los columbarios, así como en la realización y aprobación de estudios y diseños paisajísticos para el parque.
'Auras Anónimas', una obra sobre la muerte de miles de colombianos en el conflicto
La Alcaldía recuerda que en las fosas abiertas de los columbarios, construidos por etapas entre 1936 y 1950, González instaló en el año 2009 lápidas impresas en serigrafía manual con imágenes de cargueros.
La obra consta de ocho siluetas de hombres cargando cadáveres, puestas en 8.957 lápidas. “Las siluetas corresponden a imágenes de prensa de los cargueros de las víctimas del conflicto armado”, recuerda la Alcaldía.
Con un trabajo iniciado en la década de los 60, Beatriz González es considerada una artista de gran importancia en la historia del arte colombiano.
El año pasado fue reconocida durante la sexta edición del premio Institute for Public Art, en la sección de América Latina. Entre los jurados del premio se encontraba Laura Zarta, curadora jefe de la Unidad de Artes y Otras Colecciones del Banco de la República – Colombia.
Según recuerda Zarta en una investigación suya publicada para este premio, la obra de Beatriz González “forma parte de colecciones como Tate Modern (Londres, Reino Unido), Museum of Fine Arts (Houston, EE.UU.), Deutsche Bank (Frankfurt, Alemania), MoMA (Nueva York, EE.UU.), Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid, España), Museo Nacional de Colombia, Banco de la República, Museo de Arte Moderno de Bogotá (Colombia). Ha participado en la 11ª Bienal de São Paulo (1971), 38ª Bienal de Venecia (1976), 8ª Bienal de Berlín (2014) y Documenta 14, Kassel (2017). Desde 1983 ha curado numerosas exposiciones en Colombia y ha publicado monografías sobre artistas individuales, entre ellos Luis Caballero (1943–1995)”.