Febrero 19 de 2019
Columbarios del Cementerio Central, en Bogotá, protegidos por Consejo Nacional de Patrimonio
Los columbarios entran a formar parte ‘área de afectación’ del Cementerio, incluida la obra ‘Auras anónimas’, de Beatriz González, la cual no fue declarada ‘Bien de interés cultural’
Octubre 11 de 2019
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Cortesía
El director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, Alberto Escovar en entrevista con ARTERIA, aclaró que la decisión del Consejo Nacional de Patrimonio no consistió en declarar como bien cultural los Columbarios y ‘Auras Anónimas’, sino como “área de afectación” del Cementerio Central, el cual sí es, desde tiempo atrás, Bien de Interés Cultural de carácter nacional.
“Antes era área de influencia, ahora es área afectada. La diferencia es que se pondera la preservación de los Columbarios. Antes podías tumbar una parte, mientras no afectaras el Cementerio. Ahora, el llamado de atención que se hace es que cualquier intervención que se haga debe tener en cuenta esto”, explicó Escovar.
Este viernes, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, manifestó en una serie de mensajes en Twitter su disgusto por la decisión que tomó el Consejo de Patrimonio Cultural, ente asesor del Ministerio de Cultura, frente a los Columbarios, y la obra ‘Auras Anónimas’ de Beatriz González.
“Los sabios del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural le robaron a los niños y jóvenes de Mártires un parque con campos deportivos y juegos infantiles, al convertir unas tumbas construidas en 1945, en patrimonio nacional. Adiós al que pudo ser el parque más grande de Mártires”, escribió Peñalosa en su cuenta de Twitter.
Además, expresó, molesto, que la obra de Beatriz González deberá ser “conservada por cuenta del Estado colombiano por los próximos 20.000 años”.
La Alcaldía había presentado un proyecto para construir un parque recreativo en el terreno donde están los Columbarios (separados por una calle del Cementerio Central). En la propuesta se proponía demoler parte de los Columbarios.
“Ayer, Beatriz González fue a hablar de su obra ante la sexta sesión ordinaria del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, y el Instituto de Recreación y Deporte habló del proyecto. Al finalizar, el Consejo dijo que los Columbarios y la obra de González son tan importantes que ahora entran a hacer parte del área de afectación del Cementerio Central”.
Además, el director de Patrimonio aclaró que “el llamado de atención que hizo el Consejo es que no se puede hacer un parque recreativo, sino para la contemplación, e invita al Distrito a recuperar la obra de Beatriz González”.
Lea aquí la nota publicada sobre los Columbarios en la edición 65 del Periódico Arteria, en septiembre de 2018.
Disyuntiva entre los derechos a la cultura, a la memoria y a la recreación
ARTERIA consultó las distintas posiciones sobre el destino de los columbarios del Cementerio Central y la obra ‘Auras Anónimas’.
Construidos entre 1947 y 1968, los columbarios del Cementerio Central, en Bogotá, ocasionan una discusión entre entidades del orden nacional y distrital, académicos y artistas.
Ubicados en la Avenida El Dorado con carrera 19, son casi diez mil nichos vacíos distribuidos en cuatro edificios deteriorados, que en el pasado albergaron restos humanos. Hoy ya no es cementerio y hace parte del Parque de la Reconciliación, en cuyos predios se encuentra el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.
Los edificios fueron intervenidos en 2009 por la artista Beatriz González con la obra Auras Anónimas, como una manera de honrar las víctimas del conflicto. Para ello utilizó 9.856 lápidas donde puso imágenes que muestran siluetas de personas cargando cadáveres. La obra fue realizada en el proyecto ‘Memoria y ciudad’, del plan de gobierno del 2008, para una permanencia temporal de dos años.
La Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (Scrd) anunció que el parque será remodelado para hacer espacios de actividad recreativa, deportiva y cultural que considera necesarios para el sector. Varios artistas y expertos en patrimonio están contra por la presunta afectación o desaparición de los columbarios.
González, egresada de Los Andes, pidió ayuda a esa universidad, que se muestra a favor de conservar los edificios. La Procuraduría General de la Nación también ha intervenido y, luego de algunos requerimientos a la Scrd, ha sentado posición en favor de la conservación íntegra de los columbarios.
Para González, es claro que la obra debe seguir allí: “Las escenas que usé son de soldados o campesinos cargando cadáveres y estoy segura de que esta obra no tiene vencimiento porque tiene una utilidad de memoria. Quiero cautivar las auras de los miles de muertos que pueden estar flotando acá y ofrecer un espacio para que los que quieran puedan hacer su duelo”, dijo en una entrevista con Nota Uniandina, de la Universidad de los Andes.
María Claudia López, secretaria de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, defiende el nuevo uso para el parque. “La administración distrital trabaja en el diseño de un proyecto de intervención que refuncionalice el Parque de La Reconciliación, el cual contiene cuatro columbarios, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y algunos comercios de flores y marmolerías.
El proyecto seguirá los lineamientos del Consejo Distrital de Patrimonio Cultural, con lo cual se busca integrar las estructuras de los Columbarios a las dinámicas sociales y urbanas, respondiendo a las necesidades de este sector, teniendo en cuenta que el uso funerario dejó de existir hace más de 15 años. El proyecto conciliará la conservación de la memoria y la celebración de la vida, principalmente con actividades culturales, recreativas y deportivas en favor de la población infantil y juvenil de la localidad de Los Mártires”.
Según el Distrito, Los Mártires tiene un poco más de 190 mil habitantes y 94 mil metros cuadrados de espacio público, lo que para la Scrd es un déficit alto.
“El índice de 0,50 metros cuadrados de espacio público por habitante es bien inferior al promedio de la ciudad, que es de 4,4 metros cuadrados –dice la Secretaria–. Miles de niños y jóvenes de este sector no tienen sitios para emplear su tiempo libre y realizar prácticas recreativas, deportivas y culturales. El parque tendrá zonas de contemplación en donde se exalte la memoria colectiva, zonas de actividad cultural y de actividad recreativa y deportiva. El proyecto también pretende conectar este parque con el Parque del Renacimiento y los cementerios aledaños, teniendo en cuenta el Eje de la Memoria de la calle 26”.
Frente a si Auras Anónimas desaparecería total o parcialmente, López dice: “El valor de la obra Auras Anónimas nunca ha estado en duda, por lo que representa para este momento histórico y por el reconocimiento artístico de esta, relacionado con una reflexión sobre el conflicto armado en Colombia. Estamos estudiando alternativas para preservar el significado de la obra, lo cual puede darse de múltiples formas”.
La Secretaria es clara en que prefiere encontrar un equilibro que permita la conservación de la memoria, propicie un “espacio simbólico de reflexión en torno a la memoria colectiva y la no repetición”, y permita celebrar actividades culturales, recreativas y deportivas.
El profesor Mario Omar Fernández, representante de la Maestría de Bienes Culturales Muebles de la Universidad de Los Andes, cree que los columbarios deben ser salvados porque reúnen las condiciones de patrimonio distrital.
“En el 2003, cuando se hizo esa declaratoria, se dijo que son parte de un conjunto funerario único en Bogotá, que está completamente relacionado con la memoria del país y la ciudad, y que el fraccionamiento de la pieza con un uso diferente podría generar un impacto negativo. Es muy contradictorio que en este momento esos argumentos ya no sean válidos. Además los columbarios son un proyecto urbanístico de la ‘Revolución en marcha’. Ahí estuvieron depositados los muertos del 9 de abril”, dice.
Opina que Auras Anónimas ha resignificado a los columbarios, lo mismo que la obra de Antanas Mockus ‘La vida es sagrada’, un letrero pintado hace 15 años en la fachada del conjunto. De la obra de González dice que “cobra una importancia enorme en un momento en que se acaba de firmar la paz, cuando todavía quedan rezagos del conflicto y hay víctimas y líderes sociales asesinados con frecuencia. Pensamos que es un lugar de memoria donde se pasa a hacer el duelo que, considero, todavía no está hecho”.
El académico critica el cambio de categoría que dio el Consejo Distrital de Patrimonio Cultural. “En el 2017 todavía el monumento ostentaba la declaratoria de patrimonio y no obstante, el Distrito ya la había abandonado. Ya tenía goteras, ya había filtraciones, grietas, la hierba se está comiendo los primeros nichos. No entendíamos cómo un monumento que ostenta la declaratoria distrital no recibe la atención de la Alcaldía. Este año, se hizo esa reunión del Consejo Distrital de Patrimonio Cultural y decidieron, de una manera bastante arbitraria, cambiar la categoría para poderlo ‘refuncionalizar’, como ellos dicen.
“Si a los columbarios –lugar de duelo donde los bogotanos enterraron a sus padres, sus abuelos y sus hijos– los refuncionalizan es una barbarie, sobre todo porque están en ese sector que es un conjunto funerario”.
Fernando Carrillo, Procurador General de la Nación, cree que los columbarios y Auras Anónimas son una unidad y que para bogotanos y colombianos adquirió un significado de “memoria, reconciliación y verdad”. Por eso decidió defenderlos. También, “porque el arte no muere y porque nuestra Carta Política protege la cultura y el patrimonio cultural.
“En un lugar de duelo de formas de muerte que queremos dejar atrás en Colombia, una obra de arte, adosada a una estructura funeraria a todas luces hermosa, ha traído un contrapeso al olvido”, dice.
Según agrega, la Procuraduría define Auras Anónimas “como una obra artística, invaluable porque es patrimonial, es decir, no puede tener precio en el mercado, no puede comercializarse, no puede tratarse únicamente bajo la luz de un contrato por el cual se elaboró entre Distrito y la maestra.
Esa es la definición de patrimonio cultural de la nación, y debería observarse por parte de las entidades distritales un afán por conseguir su graduación a la estatura de bien patrimonial de la nación y no su cancelación y desaparición por cuanto se ha agotado una lógica contractual”.
Frente a si a la entidad que dirige le parecería bien la coexistencia de la obra con otros usos, el Procurador dice que, “pese a los requerimientos realizados por la Procuraduría en ejercicio de la función preventiva, el Distrito no entregó el estudio técnico que debe sustentar las razones por las cuales resulta mejor demoler parcialmente el conjunto arquitectónico de los columbarios y no restaurarlos. No se conoce la valoración hecha a la obra de la maestra Beatriz González, reconocida y defendida internacionalmente, y el detrimento en que se podría incurrir por su intervención”.
Agrega que continuará velando por la protección de los columbarios y la obra de González “en virtud de los mandatos constitucionales que imponen al Estado el deber de promover y fomentar el acceso a la cultura”.