Una exposición que combina grabados de la 'Colección Pizano' con obras de artistas contemporáneos colombianos y del exterior se presenta en el Claustro de San Agustín. 'Signos de los tiempos' invita a reflexionar sobre la violencia, el poder y el lugar del ser humano en el mundo.

Ir a la exposición 'Signos de los tiempos' en el Claustro de San Agustín es una experiencia singular. En sus salas se exhiben la 'Colección Pizano' y obras de arte contemporáneo. Ver las reproducciones de obras famosas dialogando con obras contemporáneas permite un acercamiento sui géneris. Cada obra amerita ser apreciada individualmente, pero al tomar distancia, las piezas entran en conversación, generando un sinfín de interpretaciones en la mente del espectador.
La 'Colección Pizano' está conformada por más de 1.600 grabados que abarcan desde el siglo XV hasta el siglo XX, con obras de maestros como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rembrandt y Goya, entre otros. Esta colección, declarada Bien de Interés Cultural en 2002, fue adquirida en las calcografías más importantes de Europa gracias a la iniciativa de Roberto Pizano.
Este destacado pedagogo colombiano impulsó la creación de esta colección a comienzos del siglo XX con un claro objetivo pedagógico: acercar lo mejor del arte a quienes no tenían la posibilidad de apreciarlo.

Lo que hace única a esta exposición es la yuxtaposición de estos grabados antiguos con obras de artistas contemporáneos colombianos, como Feliza Burztyn, Luis Caballero, José Alejandro Restrepo, Óscar Murillo y Carolina Caycedo. Esta combinación genera un diálogo que trasciende las barreras del tiempo y permite observar las obras clásicas desde una perspectiva actual, a la vez que se contextualizan las creaciones contemporáneas en un marco histórico más amplio.
'Signos de los tiempos' no se limita a presentar una selección de obras maestras. La exposición busca generar una reflexión sobre temas como la violencia, el poder, el patriarcado y el papel del ser humano en el mundo. A través de la imagen de Cristo, presente en numerosos grabados, se explora la representación universal de las víctimas y se plantea la necesidad de construir una ética comprometida con la justicia social.
La exposición también establece un contrapunto entre la visión antropocéntrica del mundo occidental, evidente en muchas de las obras clásicas, y las cosmogonías indígenas, que otorgan un lugar central al mundo natural. En este sentido, 'Signos de los tiempos' invita a replantearnos nuestra relación con el entorno y a considerar otras formas de entender la existencia.


María Belén Sáez de Ibarra, directora de Patrimonio Cultural U. Nal., señala: "El tiempo hace que aún lo más oscuro salga a la luz. El leve paso de los siglos hace pensar en el fracaso de ese espíritu que corona el proyecto del poder humano sobre la vida. También nos enseña la belleza del arte como forma de historia y memoria, pero no cualquiera sino la que valora el dolor del otro y nos permite beber la luz del ahora".
En definitiva, 'Signos de los tiempos' es una exposición que estimula la reflexión y el diálogo, ofreciendo una experiencia enriquecedora tanto para los conocedores del arte como para el público en general.
