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Descubriendo el veradero rostro de Simón Bolívar

A doscientos años de la victoria de Bolívar en la batalla del puente de Boyacá, no se sabe a ciencia cierta cómo era Simón Bolívar.

Publicado: agosto 7 de 2019

200 años de la Batalla de Boyacá hay montones de versiones de Simón Bolívar y, al final la figura de  libertador de la Nueva Granada, que durante la guerra fue militar y después fue estadista sigue siendo un motivo de controversia. En particular, en Colombia, la imagen de Bolívar se ha usado en distintas épocas para representar distintos ideales. Sin embargo, alguien se preguntó por algo más concreto que la verdadera historia de Bolívar, la verdadera apariencia del prócer.


Alfredo Boulton (1908-1995), intentó descubrir la verdadera apariencia de Simón Bolívar de entre cerca de 500.000 imágenes del prócer que consultó. A partir de retratos hechos por artistas para quienes posó y que conocieron en persona al modelo, Boulton buscó presentar el rostro del hombre tal y como fue, evitando en la medida de lo posible el mito que lo rodea y publicó el resultado en el libro Los retratos de Bolívar, en 1956. 


Boulton fue un fotógrafo venezolano, crítico de arte y autor de numerosas publicaciones académicas sobre el arte y la historia de su país. Escribió varios tomos titulados Historia de la pintura en Venezuela, en las que recopilaba la tradición artística de su país desde tiempos coloniales, hasta la década del setenta. Ganó el premio nacional de Fotografía de su país en 1991 y murió en la ciudad donde nació, Caracas, el 27 noviembre de 1995.


Era hijo de John Boulton, un comerciante inglés que llegó a Suramérica en 1824 y estableció una casa comercial y una reconocida dinastía en Venezuela. En 1950, varios miembros de la familia Boulton acordaron la creación de la fundación John Boulton, destinada a la preservación de documentos originales, obras de arte y objetos de valor histórico y dirigida por Alfredo Boulton.
La versión más reciente que se conoce de esta investigación de Boulton es la que publicó en 1982 como la tercera edición del mismo libro, esta vez titulado El rostro de Bolívar, impreso en Milán (Italia). Esta publicación fue la aproximación más cercana que Boulton consideró posible a partir de los retratos disponibles de Bolívar. Escogió 24 obras, las cuales acompañó con fragmentos de texto asociados a las piezas y que dan información sobre la evolución del personaje y sus circunstancias.  


El primer retrato que presenta Boulton es de aproximadamente 1800 y muestra a Simón Bolívar con menos de 20 años, acompañado por un fragmento de una carta que él le escribió a su futura esposa, María Teresa Rodríguez de Toro. Matrimonio que duraría poco, pues Rodríguez murió de fiebre amarilla ocho meses después de casarse con Bolívar.


La Casa Museo Quinta de Bolívar, en Bogotá, tiene tres de las pinturas presentadas por Boulton en su investigación. La primera muestra a Bolívar alrededor de los treinta años, retrato cuyo origen se desconoce. La segunda fue hecha por Pedro José Figueroa, luego de que el general llegó a victorioso de Boyacá a Bogotá, en 1819. La tercera es una acuarela inconclusa sobre cartulina, hecha por José María Espinosa en 1830, el mismo año en que moriría Bolívar, mermado por la tuberculosis.


Eduardo Serrano, curador, controvierte los resultados que presenta Boulton, explicando que si bien sí se dice que Simón Bolívar posó para al menos tres pintores, la única prueba escrita de que Bolívar posó para un retrato es la que se conoce por una carta de María José Espinosa, que cuenta que tuvo la oportunidad de retratarlo en un marfil, días antes del atentado contra el libertador, en septiembre de 1828.


Basado en la descripción que hace Luis Perú de la Croix, precisamente en 1828, y en la carta de José María Espinosa, Serrano compara el retrato que hace Espinosa, para concluir que en efecto lo que retrata este coincida con al descripción.


“El general en jefe Simón José Antonio Bolívar cumplirá cuarenta años el 24 de julio de este año. Representa sin embargo cincuenta. Su estatura es mediana, el cuerpo delgado y flaco; los brazos, los muslos y las piernas, descarnados. La cabeza larga. Ancha en la parte superior y muy afilada en la inferior. La frente grande, despejada, cilíndrica y surcada de arrugas hondas cuando el rostro no está animado y en momentos de mal humor y de cólera. El pelo crespo, erizado, abundante y canoso. Los ojos que han perdido el brillo de la juventud, conservan la viveza de su genio: son profundos ni pequeños ni grandes; las cejas espesas, separadas, poco arqueadas y más canosas que el pelo. La nariz proporcionada. Los huesos de los carrillos agudos y las mejillas chupadas en la parte inferior. La boca algo grande y saliente el labio inferior, los dientes blancos y la risa agradable. La barba larga y afilada. El rostro moreno y tostado, y se oscurece con el mal humor; entonces el semblante cambia, las arrugas de la frente y de la sienes se tornan más profundas, los ojos se achican, el labio inferior se pronuncia más y la boca es fea; en fin aparece una fisonomía diferente, un rostro ceñudo que manifiesta pesadumbre, pensamientos tristes e ideas sombrías.” 


Serrano  sostiene que el único retrato hecho de Bolívar, para el cual él modeló para el retratista, es un marfil que está perdido actualmente, hecho por José María Espinosa, y del cual se hicieron muchas de las reproducciones que conocemos hoy en día. Justamente una copia hecha en papel y lápiz de este marfil hace parte de la colección del Banco de la República, en Colombia. Además, el historiador Gabriel Giraldo Jaramillo cita una hoja de vida de José María Espinosa que dice:


"No podía menos de felicitar al pintor de Bolívar porque Espinosa fue el único de quien el Libertador se dejó retratar y son originales suyos todos los cuadros que después han reproducido todos los pintores de Europa y América y los grabadores insignes de Londres y París, y sobre sus huellas han tenido que andar los que más tarde han multiplicado la imagen de Bolívar por medio de la litografía del daguerrotipo y la fotografía… La miniatura que Espinosa sacó entonces (1828,  mereció la aprobación de los inteligentes por la exactitud del parecido y por lo acabado de todos los detalles…".


La figura histórica, al igual que la imagen de Simón Bolívar, ha cambiado, según se ha transformado la sociedad que la ve. La forma en que el personaje histórico del caraqueño se ha transformado ha sido ampliamente estudiada en Venezuela, breve pero efectivamente estudiada en Ecuador y no tan ampliamente estudiada en Colombia, según Jorge Orlando Melo, en la conferencia que dictó en Caracas para la Academia Venezolana de Historia, en 2008. 


Melo explica que esto ha sucedido, en parte, debido a que “los partidos encuentran útil arroparse en la imagen del héroe, aunque esto implique unas deformación, más o menos interesada, de la información histórica”. En Colombia, de hecho, tienden a asociarse los orígenes de los partidos conservador a Bolívar y liberal a Santander, porque, como explica Melo: “Los partidos liberal y conservador, con una vigencia histórica de 180 años, se configuraron formalmente entre 1848 y 1849, pero desde ese momento podían, sin forzar demasiado los hechos, retrotraer sus orígenes a los conflictos de 1827 y 1828. Y esos conflictos tenían como sus cabezas a Bolívar y a Francisco de Paula Santander”.


El padre jesuita e historiador Fernán González explica que en latinoamerica hay varios académicos trabajando por limpiar la imagen de Bolívar de ideales y cargas semánticas que se le han atribuido, pero no le son propias. Explica, por ejemplo, que existe trabajo de historiadores venezolanos que han ido desmontando el uso que se hace de Bolívar, “prácticamente como una segunda religión”, dice. 


González rebate también el mito de que Bolívar está ligado a la creación del partido conservador: “Aquí también (la imagen de Bolívar) se utilizó en el mito del bipartidismo, en que los partidos políticos se originaban en Santander y Bolívar. Lo cual no es del todo cierto. Ambos partidos surgen más bien del santanderismo de fondo. Lo que se piensa más o menos es que el conservatismo nace del partido ministerial, cuando está el santanderismo moderado frente a los radicales”. Según explica González, el nacimiento de los partidos se da prácticamente entre 1848-50, con la revolución de medio siglo, que es una reacción contra el régimen del partido ministerial del gobierno, con apoyo de los bolivarianos. 


“Bolívar era un personaje mucho más complejo y ciertamente se distancia del liberalismo clásico. Tenía un pensamiento más bien republicano, basado en la virtud republicana, más inspirado en la república romana y en el sistema inglés. Eso lo distancia del liberalismo clásico, pero tampoco es el conservador clásico. Bolívar tiene mucha consciencia del problema racial y regional”, explica González. 


No obstante, el aporte histórico más relevante que reconoce, es el hecho de que Bolívar llega a la conclusión de que el movimiento libertario tiene que ser continental, porque si no, no tiene futuro. Necesitaban tener un ejército fuerte, con entrenamiento profesional, formal, con militares traídos de las guerras napoleónicas y no los ejércitos de milicias regionales que fueron poco eficientes en las luchas de la primera República a la Patria Boba. No fueron capaces de resistir los avances del ejército español.


Bolívar estaba obsesionado con Venezuela, atacó el centro de Caracas, y fue derrotado varias veces. Hasta que lo convencieron, dicen que fue el fraile Mariño, de que la estrategia era llegar a la Nueva Granada (donde el ejército español era más débil), tomársela, reforzarse aquí y volver a atacar Venezuela con refuerzos de la Nueva Granada y empezar a pensar en el continente. Hay que atacar a Ecuador y a Perú, o si no va a haber otra reconquista con fuerzas españolas, explica González.


“Yo creo que Boyacá significa la renuncia a seguir peleando en el territorio venezolano y a convencerse de que había que tener un trabajo continental, apoyándose en lo que hoy es Cundinamarca. La liberación del centro Andino del país: Tolima, Huila, Cundinamarca, Boyacá, Casanare y Santander. Después se libera Antioquia y Cauca, pero la costa Caribe todavía está en manos de España y el sur también", dice.


Al respecto de la imagen de Bolívar, González aclara que Bolívar tenía rasgos negros: “No es un blanco blanco porque tiene antepasados que son negros. Es claro. Hay una cantidad de imágenes que son inventadas, idealizados, donde lo blanquean y lo pintan como un héroe de corte griego, de la tragedia griega”, concluye.

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