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Artista crea mural con 80,000 tapas en Puerto Asís, Putumayo

El artista de Medellín, establecido Mocoa, Jonathan Cadavid, creó un mural que conmemora la vida de mujeres asesinadas en Puerto Asís (Putumayo).  Usó alrededor de 80,000 tapas que la Alianza de Asociaciones de Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo le entregó.

Octubre 27 de 2019

En el 2015, la Alianza de Asociaciones Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo, una organización creada para acompañar y gestionar ayuda humanitaria para los habitantes del Putumayo y exigir derechos para empoderar a las mujeres y sus organizaciones en el departamento, contactó a Jonathan Cadavid para hacer un ‘mural de la verdad’, para rendir un homenaje a mujeres asesinadas en Putumayo.

La organización ya había llevado cabo dos murales, uno en Mocoa y otro en Villa Garzón y ahora querían hacer uno en uno de los muros exteriores del aeropuerto de Puerto Asís.

 

Cadavid lleva casi 12 años trabajando en obras de arte en espacio público, como el monumento a los 20 años de la tragedia de Villatina, en Medellín, el cual realizó en el 2007. Ha pintado toda su vida y ha vendido pinturas a coleccionistas privados. Sin embargo, afirma que su pasión están en las obras que pueden ser vistas por todos. Esa Pasión lo llevó hasta Mocoa, donde decidió establecerse.

“Comencé a pasarles propuestas y creo que se adaptó a una temática que vengo buscando, que consiste en un crecimiento espiritual. Es como un crecimiento en la conciencia de que somos unos seres más allá de esta carne, más allá, incluso, de esa trascendencia de la que siempre se ha hablado. Creo que hacemos parte del universo. Yo planteé eso ahí en ese mural”, explica Cadavid.

 

Sin embargo, cuando comenzó a trabajar, se dio cuenta de que iba a ser complicado plasmar sus ideas en el mural, debido a las limitaciones que representaban las tapas: “Yo quería realismo y no lo estaba logrando. Me di cuenta de que el tamaño de la tapa me limitaba para hacer algunas líneas delgadas, curvas y sobretodo para hacer transiciones de color”, dice el artista.

 

No obstante, motivado también por el desafío que representaba, Cadavid empezó a relacionarse con el material, desde la clasificación de las casi 80.000 tapas que le entregaron, por color, por tono y por tamaño. Una vez la organizó, comenzó a experimentas con las formas de disponer las tapas y luego de traslaparlas, consiguió un resultado que le satisfizo. Ahora el problema era cómo pegarlas.

 

“Usé silicona, resina e hice muchas pruebas y, aunque me sentía temeroso de usar pegantes, porque la obra iba a estar expuesta al público en la calle, a la intemperie, al sol, al agua, al vandalismo y todo eso, yo sabía que quería realismo y que ya había encontrado la forma de hacerlo, sobreponiendo las tapas”, explica Cadavid.

 

Entonces el artista comenzó a experimentar con distintas sustancias y métodos para pegar las tapas juntas. Su contrato inicial era de diez semanas para hacer un mural de cuatro por tres metros. El proceso tomó un año y cuatro meses y resultó en una obra de doce metros de ancho por tres de alto.

 

Durante el proceso, Cadavid tuvo que parar varias veces por las condiciones en las que trabajaba. “Había una rana que vivía en la frente de la figura principal y siempre me tocaba volverla a sacar. Cucarrones, arañas y cucarachas hacían nido entre las tapas y me tocó volver a comenzar muchas veces, también por la misma exploración”, dice Cadavid.

Sin embargo, la espera valió la pena. El resultado superó las expectativas de todos. Cadavid incluso ideó  un método para pegar las tapas que está en proceso de patente.

 

“El mural ya lleva ahí exhibido hace tiempo y sí, ha tenido un deterioro. Puerto Asís no ha sido el lugar idóneo para hacer este experimento. Es una zona de una una humedad relativa y unas condiciones atmosféricas muy extremas. Sin embargo, con todo esto, el mural está bien. Sólo algunas partes se ve que el plástico se está tostando por el sol y se ha decolorado un poco. He aprendido de esto y en los nuevos trabajos estoy tomando las precauciones necesarias. Ha sido muy importante también someterlo a la prueba del tiempo”, concluye sobre el proceso.

 

Este fue el primer mural con tapas que realizó. Sin embargo, el método que descubrió y el exitoso resultado le abrieron nuevas oportunidades para trabajar con esta técnica. Por ejemplo, el año pasado expuso el proyecto ‘Jaguara’, en el Museo de Arte Moderno de Bogotá y luego en el festival Burning Man, en Estados Unidos.

 

Las que comisionaron el mural “quedaron muy satisfechas porque esto les ha permitido visibilizarse mucho también. Ellas son un grupo que trabaja muy fuerte. Son un buen grupo como asociación y están siendo muy visibles ella también con ONG europeas y vienen desarrollando muchísimas actividades. Ellas, por su cuenta, tienen un proceso muy exitoso. Esto ha sido un retroalimentación tanto para ellas como para mí y en lo personal me ha traído muchos éxitos”.

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