Febrero 19 de 2019
Avelina Lésper pide disculpas tras ser acusada de destruir obra exhibida en feria MACO
La polémica crítica de arte mexicana dio su versión de los hechos relacionados con la destrucción de la pieza ‘Nimble and Sinister Tricks (To Be Preserved without Scandal and Corruption)’, del artista Gabriel Rico, de su mismo país. La pieza era exhibida por la Galería OMR, el sábado 8 de febrero, durante la feria de arte Zona Maco, en Ciudad de México.
Febrero 10 de 2020
Avelina Lésper, tomada de Facebook
Tras los hechos, la Galería OMR escribió en su perfil de Facebook: “Estamos muy tristes y decepcionados por lo que sucedió el día de hoy en la feria de arte @zonamaco. No entendemos como (sic.) una supuesta crítica profesional de arte, destruyó una obra de uno de los artistas más sobresalientes del momento. Gabriel Rico fue seleccionado para la Bienal de Venecia el año pasado, dentro de la selección oficial…
"A pesar de que parece haber sido accidental y que es irrelevante como (sic.) sucedió, la acción de la Srta. Lésper de acercarse demasiado a la obra para ponerle una lata de refresco encima y tomarse una foto para hacer una crítica, sin duda ocasionó el destrozo, y es sobre todas las cosas, una enorme falta de profesionalismo y respeto”.
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Ese mismo día, pero a las 13:46, el medio mexicano Milenio, subió a su página de Facebook un video en el que aparece Lésper dando su versión de los hechos:
"Soy Avelina Lésper y voy a narrar los hechos acontecidos hoy en Zona Maco, sábado 8 de febrero, en la Galería OMR. Estaba frente a una obra que consiste en un vidrio, con dos pelotas, una piedra y una pluma atravesados, soportados sobre unos enclenques tubos de latón.
"Como un comentario crítico, yo "llevaba una lata de refresco vacía en la mano. La puse primero en el piso para demostrar que el objeto seguía idéntico, que podían ser dos pelotas, como dos latas. Levanté la lata y, haciendo el ademán de que lo ponía sobre la piedra, la acerqué a la piedra.
"En ese momento, como si la obra hubiese escuchado mi comentario y hubiese sentido lo que pensaba de ella, la obra se hizo añicos y se desplomó y se cayó en el piso.
“No pude hacer nada. Me quedé ahí, paralizada ante el hecho, y llegué en ese momento la galería… las personas de la galería y armaron un escándalo. Me dijeron “quieres huir” ¿A dónde? Aquí estoy. No me fui a ningún lado, no quise huir a ningún lado. Yo estaba ahí de pie y se pusieron a gritar que qué iba a hacer para reparar la obra.
“Bueno, hablando en los términos de arte de ustedes, que valoran esto como arte, Duchamp, con ‘El gran vidrio’, le sucedió exactamente lo mismo. ‘El gran vidrio se rompió’ y Duchamp dijo “doy por terminada la obra’. Hasta la fecha ‘El gran vidrio’ se sigue exponiendo roto. Expónganla así. Es parte de la provenance de la obra. Dijeron “no, no podemos hacer eso”.
“En ese momento llegó el galerista, el señor dueño de la galería. Me dijo “vamos a sentarnos a dialogar”. Me senté con él y empezamos a hablar. Me dijo “¿qué puedes hacer para reparar la obra?”. Le dije “yo no la puedo pagar”.
“Hasta después me estoy enterando que un vidrio, con una piedra y dos pelotas, en unos tubos, está avaluado en veinte mil dólares. Dije: “lo que puedo hacer, es repararla. Dame los objetos, dame las fotografías, dame las medidas, y yo te regreso eso montado en un vidrio de nuevo. Es la naturaleza de los objetos. Se puede volver a hacer.
“Lo que a mí me sucedió, le pudo haber sucedido al coleccionista, le pudo haber sucedido en un museo y también, de la misma manera, lo iban a reparar. Lo puedo reparar.
“Me dijo que eso no era posible porque lo tenía que supervisar era el artista.
"Dije 'entonces no puedo hacer más'. Le pedí una disculpa, como lo vuelvo a hacer, públicamente, por lo que sucedió. Yo no lo hice intencionalmente. No la rompí, no la golpeé, no la toqué. Yo no rompo obras. Yo no destruyo objetos. Yo tengo una columna y tengo mi crítica para decir lo que pienso de las obras.
“Me dijo que nada más le diera mis datos, mi teléfono. Le agradecí muchísimo que se comportara a esa altura. Le agradecí mucho que no lo llevara más lejos, me acompañó y nos despedimos. Me dijo “dame tus datos. Si después yo hablo con el artista, voy a ver cómo lo manejo, y si después quieres participar o cooperar en algo está bien.
“Fue todo. Fue el acuerdo en que llegamos. Es algo que sucede continuamente con estos objetos. Es su propia naturaleza. Se los lleva la basura, se los come la gente. Todo el tiempo está sucediendo.
"Ahora, no es una tragedia: el objeto se puede reparar. No es algo intencional. Yo no agredo obras, no destruyo obras. Fue un hecho lamentable que me sucedió a mí y le pudo pasar a otra persona que hubiese pasado muy cerca de la pieza. Es todo. De verdad desearía que no hubiera pasado”.
Hasta el momento, según la BBC el artista creador de la obra no se ha pronunciado al respecto de la situación y no son claros los acuerdos a los que ha llegado Lésper con la galería.