Febrero 19 de 2019
Un festival de grafiti organizado por exguerrilleros de las Farc que surgió del Acuerdo de Paz
Por tercera ocasión, un grupo de exguerrilleros de las Farc realizan un festival de grafiti y muralismo en La Montañita, en Caquetá.
Noviembre 3 de 2019
Tras la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y las Farc en 2016, la vereda Agua Bonita, ubicada en el municipio La Montañita, en Caquetá, se convirtió en una Zona Veredal Transitoria de Normalización a la que llegaron cerca de 300 guerrilleros para iniciar el proceso de dejación de armas y el tránsito a la legalidad.
Al finalizar este proceso, en agosto de 2017, la zona pasó a ser parte de los 'Espacios territoriales', en donde se dio inicio a actividades de capacitación y reincorporación para propiciar la adaptación de los miembros de las Farc a la vida civil.
Como parte de este proceso de reincorporación, los excombatientes, entre ellos Diego Valencia, quisieron darle cabina a actividades artísticas y crearon, en 2017, la primera edición del festival 'Agua Bonita se pinta de colores', en la que se invitaron cerca de 30 artistas a intervenir con murales las viviendas de los exguerrilleros.
El proyecto surgió luego de ver que, ese mismo año, en'Espacio Territorial La Carmelita', en Putumayo, -liderada por la Fundación Intigrillos- se realizó con éxito una jornada de grafiti y muralismo.
"Fue un ejercicio muy interesante en el que logramos entender la importancia del muralismo como un mecanismo para construir memoria sobre lo que ha sido el conflicto y el proceso de paz", dice Federico Montes, coordinador político de este Espacio Territorial sobre la primera edición del festival.
Dos años después, Agua Bonita celebra la tercera edición de este festival, que cierra este fin de semana, con un conocimiento mayor sobre el grafiti y lo que este representa para al comunidad.
Montes recuerda que en la primera edición no tenían claro de qué se trataba el muralismo, pese a que solían usar el grafiti como una forma de denuncia y de visibilizar su presencia en el territorio.
"Entendimos que es una forma de narrar la historia, de construir memoria y de apostarle a generar propuestas de identidad", explica Montes.
Pero, más allá del hecho de embellecer sus casas con arte, para los exguerrilleros uno de los resultados más significativos es que el festival, a través del trabajo artístico, ha logrado unirlos con la comunidad de Agua Bonita.
"Los murales se hacen teniendo en cuenta lo que piensa la comunidad y son el reflejo de la misma, porque cada uno cuenta una historia. Además, eso ha hecho que se genere turismo y que estudiantes y universidades vengan a acompañar los procesos que realizamos", cuenta Montes.
Esa acogida se ha dado gracias a que, por ejemplo, para la segunda edición del festival, que se realizó en 2018, decidieron incluir muestras artísticas en cinco escuelas rurales ubicadas cerca del Espacio Territorial e involucrar a padres y niños en la construcción de memorias sobre la paz.
La idea de ampliar el festival y de seguir generando diálogo en torno a este tema se vio reflejado en esta tercera edición con una programación pedagógica.
"Retomamos el muralismo y el grafiti, pero sumamos el desarrollo de unos ejes temáticos: conocer y reconocer el territorio (basado en la necesidad de generar vínculos entre los artistas y la comunidad), antropología, agroecología, la importancia de la comunicación en la construcción de paz y el sistema integral de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición", explica Montes.
Además, el festival incluye una exposición titulada 'La galería de la memoria', que presenta imágenes de exguerrilleros y exguerrilleras que perdieron su vida en el conflicto.
"Los traemos a colación cómo una manera de visibilizar otros muertos, otros desaparecidos y otras personas que también murieron, pero que tal vez no son visibilizados porque se cree que unos muertos valen más que otros. Nosotros tratamos de entender que la universalidad de las víctimas del conflicto es un eje fundamental que debe ser tenido en cuenta y debe ser aplicado en todos los escenarios", manifiesta Montes.
'Banda ancha de transmisión de saberes'
Con los 35 artistas invitados, escogidos de una convocatoria a la que se presentaron 113 artistas, aparte de intervenir las casas, desarrollaron el espacio 'De la percepción a la reflexión' con el objetivo de que "conozcan a las Farc y el proceso de reincorporación desde una óptica distinta a la que, históricamente, han vendido algunos medios y algunos actores del conflicto", explica Montes.
Luego, se les invitó a plasmar en los muros esas reflexiones, para así, según Montes, "generar un diálogo en torno a esa otra cara y a nuestra versión de la historia, y a esa imagen que muchos tienen de nosotros".
El vocero manifiesta que "luego de 53 años en el monte, no habíamos tenido la oportunidad de acercarnos a estas expresiones artísticas de forma directa y, cuando empezamos a interactuar con los artistas y a comprender su trabajo, empezamos a generar un espacio de retroalimentación para avanzar en la construcción de paz".
Por eso, confiesa que al arte lo denominan como "la banda ancha para la transmisión de saberes", que han usado como forma de lucha para "ayudar a afianzar los principios y los valores que caracterizan el nuevo escenario del posconflicto".
Finalmente, Montes destaca que son "el primer pueblo muralista de Colombia y, quizá, el único pueblo muralista de América Latina que se conozca".
"Más de un 80 por ciento de las Farc estaba compuesta por personas que vienen del sector rural y ahora es muy curioso ver el nivel de entendimiento que los exguerrilleros han logrado tener, así como lo han hecho los artistas que vienen. Ha habido un respeto mutuo para aprender a construir colectivamente", dice Montes, quien resalta que aunque son pocos, algunos excombatientes también se han aventurado a pintar.