Febrero 19 de 2019
‘Los días póstumos de una guerra sin final’, exposición de fotografías de Federico Ríos
Una mirada al ‘rostro humano’ de las antiguas Farc muestra el fotógrafo Federico Ríos en la exposición ‘Los días póstumos de una guerra sin final’, justo en momentos en que el país no se zafa de la violencia.
Marzo 2 de 2020
‘Los días póstumos de una guerra sin final’. /Cortesía
‘Los días póstumos de una guerra sin final’. /Cortesía
‘Los días póstumos de una guerra sin final’. Andrea Vargas /Cortesía
‘Los días póstumos de una guerra sin final’. /Cortesía
La exposición, en la galería Bandy Bandy, ubicada en el barrio San Felipe, en Bogotá, presenta fotografías en gran formato realizadas por Ríos entre 2011 y 2018.
En las imágenes, en medio de la selva y el paisaje colombiano se ven como vivían los hombres y mujeres de las Farc: se enamoraban, embarazaban celebraban, se reunían a comer, a jugar fútbol…
‘Los días póstumos de una guerra sin final’ está conformada por varias series que realizó el fotógrafo, en las que pretendía responder por medio de imágenes cómo vivían estas personas, en contraste con las imágenes que solo los representaban como combatientes.
“Tienes la imagen del guerrillero con un fusil, con uniforme y con boina y luego me empiezo a dar cuenta de que, en sitios como Toribio (Cauca), por ejemplo, que son pueblos pequeños, no hay nada que te haga diferenciar entre ‘este si este no’ (es guerrillero). Era un ejercicio de incertidumbre y de paranoia constante”, comenta Ríos.
Federico Ríos empezó su carrera trabajando como fotógrafo para los diarios El Espectador y El Tiempo, también para la agencia de prensa internacional EFE y como colaborador externo de diferentes revistas nacionales. Con el tiempo su trabajo empezó a ser publicado en medios internacionales como The New York Times, National Geographic, Stern, Geo, Times Magazine, Paris Match y Leica Magazine.
Sus fotografías han sido reconocidas con el Premio Hansel-Mieth Preiss en Alemania (2019); Primer Premio Serie de Noticias POY Latam (2017); Premio del Jurado en Days Japan, International Photojournalism Award (2017); Portfolio Review New York Times 2017; y Eddie Adams Workshop XXVII en Nueva York (2014).
A lo largo de su carrera, ha desarrollado un proceso de creación artística en temas recurrentes en su trabajo: el conflicto armado, el medio ambiente y su relación con la sociedad.
Parte de esta exposición estuvo en el Museo de Antioquia hace dos años, con la curaduría de Santiago Rueda. Ahora, resultado de este proceso de acercamiento a las Farc y de ejercicio de reportería gráfica donde consiguió que el grupo armado le diera libre acceso a fotografiarlos, llegó a Bogotá para mostrar esta mirada hacia la complejidad de la realidad colombiana.
“Dentro de la exposición lo que van a ver son fotografías de guerrilleros, de su cotidianidad (…) qué estaba sucediendo al margen de la guerra. Y es porque yo sentí mucho tiempo que los medios nos ofrecían una perspectiva de las Farc en la que eran casi máquinas que disparaban y explotaban, y nada más” añade Ríos.
La exposición ofrece un recorrido desde la imagen de los guerrilleros en función de su lucha, las marchas nocturnas con los morrales y fusiles al hombro, escondiéndose y transladando sus campamentos cada noche, con las condiciones hostiles de la selva colombiana, hasta llegar a mostrar la apropiación de estas personas con el espacio y sus objetos, con los que establecieron una relación cercana, en la serie ‘El morral de la revolución’ y en ‘Sillas’.
“En la curaduría decidimos quitar las fotografías de comandantes. Casi todos son de rangos bajos. No pusimos figuras famosas, sino lo cotidiano con la violencia y la ternura que puede generar la cotidianidad de estos guerrilleros. Para mí eso habla de Colombia. Va mucha más allá de que las Farc es una realidad colombiana a la que, me parece, que no tenemos suficiente acceso”, sostiene Céline Lerebourg, curadora de la exposición y dueña de la galería.
“Tengo una deuda con que mis fotos puedan dialogar con los colombianos. Esta exposición también es parte de curar esa deuda que tengo conmigo mismo y es poner este trabajo a la vista de más gente con la que conversar (…).
"Esta no es una versión ni oficial, ni completa de los hechos. Mi trabajo fotográfico es ser un testigo de las cosas que vi y fotografié, con detalle y juicio. Las cosas que no están aquí fotografiadas son cosas que no vi y por eso me parece importante reclamar mi posición de no ser único en este trabajo” concluye el fotógrafo.