Obras de 16 artistas y colectivos colombianos estarán en una exposición dedicada a Colombia en Denver (Colorado, EE. UU.) curada por el cucuteño Alex Brahim.
¿Cómo contarles Colombia a los habitantes de una ciudad mediana de Estados Unidos como Denver? ¿Cómo actualizar la imagen de este país a quienes apenas si han tenido una relación con él mediada por las noticias y los clichés? Los habitantes de esa capital deben saber tanto de los colombianos como los nacidos en este país sabemos de esa capital ubicada el en Estado de Colorado, cerca a las Montañas Rocosas en el oeste de Estados Unidos.
Pues el curador cucuteño Alex Brahim, director de la Fundacion El Pilar y cofundador del proyecto Juntos Aparte en el marco de Bienalsur, ha creado la exposición ‘Colombia: el maíz, el río y la tumba’ (‘Colombia: The Corn, The River and The Grave’), por invitación del Museo de las Américas, en Denver, para lo cual ha llevado obras de 16 artistas y colectivos artísticos de Colombia. Ya el nombre de la exposición da una idea de lo que se verá en esta exposición y que presenta obras en diversas técnicas de artistas de muy distintas edades.
Identidad, violencia, territorio y posconflicto (luego de la paz de la Habana) son las bases de la curaduría. “La exhibición, que tendrá lugar del 16 de marzo al 19 de agosto de 2023, desarrolla un relato identitario de la zozobra y la ansiedad del territorio nacional, confeccionando un tejido posible sobre las complejidades de la tierra como punto de divergencia entre Io sagrado y Io mercantil”, explica, Brahim.
El museo estaba interesado en realizar una exposición sobre Colombia desde antes de la pandemia, la cual debió ser suspendida precisamente por ese evento. “El museo es el único de la zona de las Montañas Rocosas y del centro de Estados Unidos consagrado estrictamente al arte y la cultura de Latinoamérica", dice Brahim.
Agrega que "Allá hay museos muy importantes y grandes, pero este museo tiene esa actitud y esa particularidad, un perfil de enfoque a la comunidad latina de Denver. En su historial, que suma más de 30 años, nunca se ha hecho un proyecto que resalte concretamente a Colombia. Entonces, por una parte, lo sentían como una especie de deuda histórica a nivel de línea programática. Por otra parte, la coyuntura del cambio de gobierno en Colombia y la presunta apertura a la opción de la posibilidad de la paz total detonó la voluntad de retomar el proyecto”. El cucuteño fue elegido para realizar la propuesta luego de que en el museo entrevistaron a cinco curadores. Para esa institución es importante tener una exposición enfocada en lo que vive Colombia luego de la firma del acuerdo de paz, que pueda ser entendida y disfrutada tanto por personas con conocimiento en arte contemporáneo y política como por personas que poco o nada sepan sobre el arte y Colombia.
“El proceso de paz, entendido como el acuerdo de La Habana, si bien ha sido fundamental, pienso que ha sido un proceso con luces y sombras. Firmar el acuerdo de paz con el agente más grande y más antiguo del conflicto armado no tiene nada que ver con la estabilización de la violencia en Colombia, teniendo en cuenta que son muchísimos más los agentes y los frentes de violencia. Es una porción notable de un ‘pastel’ bastante más grande que eso.
Del maíz al frailejón
Del gesto conceptualista de Antonio Caro a los señalamientos incisivos de Fernando Arias, Carlos Uribe y Sebastián Sánchez, pasando por reflexiones contemplativas de la naturaleza los procesos humanos que la intervienen de Santiago Vélez y Yosman Botero, según describe Brahim, la exposición muestra una selección que incluye visiones, técnicas y abordajes diversos a las violencias colombianas.
“Denver y Colorado no son lugares en donde el promedio de la gente esté al día sobre la historia de Colombia, sobre los vericuetos, las intrigas, todas esas tramas que coinciden en la nación colombiana. No, frente a esas informaciones que salen del país y llegan al exterior por las que para mucha gente el acuerdo de paz significa la paz en Colombia. Muchas personas no tienen ni idea de que más allá de las Farc hay decenas de agentes en activo en la violencia colombiana, hoy por hoy.
"Me pareció que la estrategia del Estado de apostarle a una paz total en medio de la continuidad de la violencia era un gran reto un gran riesgo y, también, un punto de partida para hacer la disquisición que proponemos, que es, básicamente, uno de tantísimos cuentos o relatos posibles para hablar de arte
y violencia en Colombia”.
Recalcar que es uno entre muchos relatos no está de más, aunque, obviamente, intentar abarcar el arte que los colombianos han realizado sobre la violencia es imposible para una sola exposición.
Sin embargo, el curador cree que esta cumple con el objetivo de dar a las personas la posibilidad de “ampliar el espectro de visión y entendimiento sobre la realidad colombiana, sobre las complejidades de su sociedad, sobre la forma en que nos debatimos a diario en esa tensión entre el desasosiego y la esperanza; entre la violencia más cruda y el jolgorio permanente. Dejar de entrever cómo esa coexistencia en tensión es la naturaleza misma de la sociedad y de la nación colombiana”.
Para la propuesta, Brahim tuvo en cuenta también
la realidad del lugar donde la presenta. Al establecer con las piezas la existencia de políticas extractivistas, la minería y la explotación de los recursos naturales “en tierras sagradas de culturas ancestrales”, crea una relación con aspectos de la historia de Colorado, “que es un Estado atravesado por muchísimas corrientes y cuya historia y legado han estado marcados por la explotación minera del oro en las cuencas hidrográficas de las tierras que algún día fueron de tribus ancestrales”. Así, cree que para quien vea la muestra le resultará fácil entender las complejidades colombianas y dimensionarlas mejor.
Por supuesto, hablar de maíz, ríos y tumbas es hacer referencia a todas las culturas ancestrales e, incluso, contemporáneas de América. Pero la propuesta va más allá cuando aborda aspectos que, aunque del mismo orden, resultan contemporáneos:
"Hay un elemento determinante en el planteamiento curatorial y es que, si bien el maíz es el elemento con el cual el público se
encontrará al entrar a la sala al comenzar su recorrido, al final, el maíz va a desaparecer y en su lugar vamos a ver el frailejón.
"Finalmente, la apuesta de este relato es plantear que si, hoy por hoy, revisaremos el carácter sagrado que tenía el maíz para las culturas prehispánicas cuando llegaron los conquistadores e intentaremos actualizar esa sacralidad, ya no la ubicaríamos en el maíz, que es un producto más que, paradójicamente, incluso importamos, sino que esa sacralidad estaría en él frailejón porque es el garante de la subsistencia de la especie humana y coincide que habita, primordialmente, Colombia, gracias a que tenemos 10 por ciento de la biodiversidad del planeta. Entonces el cierre de la exposición hace como una especie de punto de fuga que actualiza esa figura sacra del maíz y plantea la preservación del frailejón como un paradigma de una gestión apropiada de la nación y el territorio en Colombia”, concluye Brahim.
Artistas participantes
Para el curador Alex Brahim, “‘Colombia: el maíz, el río y la tumba’ revela visiones de Colombia desconocidas en el ámbito local de Denver, pero capaces de conectarse con el contexto al establecer puntos de contacto con la historia de Colorado: un Estado con 5.564 corrientes naturales, de las que 147 son ríos, con una herencia marcada por la mineria deloro en los territorios ancestrales de un sinfínde tribus como lasUte, Cheyenne, Arapaho,Apache, Shoshone, Comanche, Kiowo y Diné.
Los artistas participantes son: '5ta con 5ta Crew', 'Antónimo', Antonio Caro, Carlos Uribe, Carmenza Estrada, Colectivo Antonima, Erika Diettes, Fernando Arias, Jorge Vaca Forero, Nadia Granados, Samir Quintero, Santiago Vélez, Sebastián Sánchez, Vector Muñoz, Wilmer Useche, Yosman Botero. Abierta del 16 de marzo hasta el 19 de agosto en el Museo de las Américas. Denver (Colorado, EE. UU).