El CEFE Chapinero celebra en la Plaza de Lourdes el ‘Día del Mariachi’ con los llamados ‘músicos invisibles’: música, memoria y resistencia

 /Archivo del Mariachi Aranzales

Este viernes 25 de abril, la emblemática Plaza de Lourdes sonará a ritmo de mariachi. A partir del mediodía, el Centro Felicidad Chapinero celebrará el ‘Día del Mariachi’, con el CEFE Móvil en el marco del 63 aniversario de la que se considera la fecha de ese estilo musical a Colombia.

No se trata solo de una presentación musical; es un acto de memoria, de homenaje y, sobre todo, de reconocimiento a las personas que han hecho de esta música una forma de vida, de lucha y de identidad.

Entre ellos está Rosita Aguilar, voz principal del Mariachi Aranzales, lleva casi medio siglo cantando en diferentes tarimas, bares, pueblos y cuanta oportunidad hay para un mariachi. Sin embargo, 38 años se los ha entregado a la emblemática ‘Playita’, de Chapinero, esa esquina bogotana donde los acordes del mariachi se convirtieron en sinónimo de barrio, de resistencia, de familia, y de una identidad sonora que los años no han logrado apagar.

Rosita, o Nelly Guerrero, como dice su cédula, es una de esas artistas que no necesita grandes escenarios para brillar. Su vida ha transcurrido entre serenatas, calles, plazas y esquinas. “Nos llaman los músicos invisibles”, dice con una mezcla de ternura y orgullo. “Pero nosotros hemos criado hijos a punta de canciones. Hemos hecho cultura. Hemos hecho patria”.

Y tiene razón. Desde los años cincuenta, cuando Tito Cortés trajo a los primeros mariachis mexicanos a Bogotá, el barrio Chapinero fue el centro de un fenómeno cultural desde el cual transformó la música popular colombiana. De esa esquina salieron agrupaciones, talentos, y sueños que hoy recorren el país y uno que otro continente.

Lo que nació como una música importada, hoy hace parte del registro urbano de Bogotá. Ya no es solo un género: es una manera de habitar el mundo, una forma de vida para quienes dependen de un sombrero y un par de trompetas para acompañar un vozarrón inigualable.

Pero los tiempos cambian y con ellos los gustos y los ritmos. Desafortunadamente, la pandemia también contribuyó a que muchos de estos músicos fueran quedando al margen.

Las tarimas se apagaron, las serenatas se silenciaron, y lo que alguna vez fue una esquina vibrante y llena de vida, a donde acudían despechados, enamorados, hombres necesitados, en busca de una música que ayudara al perdón de su ser amado o de un guitarrón, unas trompetas y una voz poderos que elevara sus sentimientos, se fue desvaneciendo en la memoria de la ciudad.

Por eso, este 25 de abril no es una fecha cualquiera, sino, también, un intento de revivir esa esencia, de decirle a Bogotá, desde la localidad de Chapinero, que el mariachi sigue vivo, y que la música no se ha ido; que la esencia sigue y que todavía hay historias por contar y canciones por tocar.

Rosita, que estará en esta merecida fiesta en la Plaza de Lourdes, en el CEFE Móvil de Chapinero, ha traído mariachis mexicanos, ha criado músicos en su casa, ha visto partir a muchos compañeros a otras ciudades y países buscando un futuro. “‘La Playita’ ya no es la de antes”, dice, mientras mira con nostalgia lo que fue alguna vez ese lugar. Pero, añade: “’La Playita’ sigue viva. Aquí todavía hay talento, todavía hay música. Solo necesitamos que nos den un espacio para sonar”.

Y ese espacio, por fin, parece haber llegado en el Centro Felicidad como un acto de justicia, de honor, y de reconocerles a los músicos callejeros que también son artistas. Que ‘los invisibles’, cuando se les da el lugar que merecen, no solo son visibles, iluminan.

Este viernes, la invitación es a acompañar, a escuchar, a sentir, a celebrar no solo la música, sino la resistencia. A agradecer a esos músicos que, desde una esquina, han hecho de Bogotá un lugar más alegre, más sentido, más humano.

El CEFE Móvil, estará en la emblemática Plaza de Lourdes, en la carrera 13 # 63 -

02, desde las 3:00 p.m.